
“El hospital del IESS llego a tener una tasa de mortalidad del 14 %”
Luis Jairala Zunino, gerente general del hospital Teodoro Maldonado dialogó con Expreso sobre las anormalidades que encontró al ingreso a esta entidad.
- Usted trabaja desde hace quince años como médico del hospital, ¿cuáles fueron los momentos más críticos que presenció?
- Los momentos más álgidos se vivieron desde el 2014, cuando empezó un franco descenso académico y administrativo de la institución. Cuando en un hospital empieza a subir la mortandad, a aumentar peligrosamente la tasa de infección y mortalidad de niños y se va de una epidemia a otra, es señal de que las cosas van mal. Eso comenzó a ocurrir aquí.
- ¿Cuáles eran esas tasas?
- Una mortalidad que pasaba el 14 %, cuando las normas internacionales hablan del 7 %. Estábamos al doble. Además, se presentaban epidemias frecuentemente, el cierre de quirófanos...
- ¿Qué tipo de epidemias?
- Por enfermedades infectocontagiosas. El hacinamiento y el desorden administrativo trae como consecuencia una alteración en distintas esferas en la salud. Un hospital que no está administrativamente óptimo genera un sobreingreso de enfermos y eso provoca hacinamiento, que va de la mano con la epidemia.
- Fue precisamente esa época en la que se denunció el robo de medicamentos y se ordenó la intervención...
- Así es. En un escenario de estos, normalmente cualquier pequeña curación se ve grande, pero ese no es el objetivo. Para eso en salud los hospitales se manejan por tasas de mortalidad, por tasas de curación, por tasas de epidemias...
- ¿Hasta qué momento se vivieron esos números rojos?
- Yo cogí al hospital (diciembre de año pasado) con una tasa de mortalidad del 13,7 % y ahora estamos en el 5,2 %. Pudimos inaugurar 44 camas más de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y 40 camas más de emergencias.
- Pero aún así sigue siendo un hospital que no trabaja a su total capacidad...
- Hemos trabajado con un hospital que tiene el 27 % de ocupación inutilizada por problemas administrativos anteriores a mi gestión. En el año 2015, en la emergencia que tuvo el hospital, hubo una intervención directa en la estructura y se anuló aproximadamente parte de su capacidad de hospedería y ese es un problema legal que en un año no se puede solventar.
- ¿Cómo se está tratando de resolver ese tema?
- Tenemos las resoluciones aprobadas por las autoridades nacionales y, sobre todo, por la Procuraduría General del Estado. En los últimos días se ha notarizado ese informe para elevarlo a Contraloría y reiniciar la construcción de eso.
- Una de las denuncias comunes de los pacientes en los últimos años ha sido también la falta de insumos, ¿qué se ha hecho?
- Ahora viene una persona a hacerse un examen de sangre y normalmente hay todo y si no, está disponible en 24 horas. Antes, de la muestra de 40, había tres cosas. Debemos aclarar que nosotros heredamos un programa anual de compras inconcluso y lo que se había concluido era insuficiente. Ese fue un programa calculado para un hospital de 200 camas, uno nivel dos, cuando este es un hospital de 800 camas no censables, con un gran presupuesto que hay que saber administrar. Pero sobre todo hay que tener en cuenta de que este es un hospital nacional, el más grande de todo el país a nivel de la seguridad social y quizás el más conflictivo. El Teodoro Maldonado viene de una irregularidad en otra en los últimos cuatro o cinco años y es difícil tratarlo de poner en orden en doce meses, pero es un hospital donde se volvió a realizar cirugía cardíaca, donde se volvió a trasplantar, donde la mortalidad neonatal bajó considerablemente, donde hay 32 camas de UCI neonatal, pese a no ser un centro pediátrico.
- El Teodoro Maldonado Carbo también ha debido enfrentar demandas de todo tipo, ¿se ha resuelto la situación legal?
- Este es un hospital que ha tenido una gama de denuncias. Primero, aquí fueron despedidos muchos médicos, unos con razón y otros sin ella. En los últimos quince días ya se reintegraron 14 compañeros que fueron cesados en sus funciones en los años 2014 y 2015, y en las próximas dos semanas se pagará la recalificación de compañeros que pidieron un alza salarial por cambio de tipificación en su especialidad. Ese es un grupo de demandas, el otro ha sido por pacientes inconformes con los temas del cuadro básico de medicamentos.
- ¿Cómo se ha trabajado, porque esta es una queja permanente?
- Muchas veces tenemos que pasar de un cambio de droga de tercer a cuarto nivel en un paciente y no podemos. No es cuestión de presupuestos sino simplemente de permisos (requieren autorización para comprar la medicina que no está en el Cuadro Nacional Básico de Medicamentos). Muchas veces este tema se ha debido solucionar con la Constitución, que manda a preservar la salud por encima de todo. Muchos enfermos consiguieron judicializar el tema, sacaron acciones de protección y ante la orden de un juez, hay que comprar.
- ¿Y las denuncias por mala práctica médica?
- Gracias a Dios no hemos tenido demandas este año por mala práctica médica. Es un tema que nosotros y que yo, como gerente y como médico, me he preocupado de sobremanera. Hubo un caso en casi estos 365 días de una demanda por una niña de 13 años embarazada y que no era paciente del hospital. Fue enviada un día y lastimosamente falleció en el posoperatorio. Los datos técnicos señalan que las menores de 15 años son embarazos de alto riesgo. Lamentablemente, la familia no se prestó para hacer la autopsia y estamos en ese asunto legal. Esa es la única denuncia formal en este año.
- Otro problema que enfrentó este hospital fue el de la parte eléctrica, ¿sigue la afectación?
- Afortunadamente lo hemos llevado bien. Estamos haciendo un estudio de paneles solares para completar el tema porque esta es una zona antigua de Guayaquil, un hospital de 48 años, donde las subidas y bajas de tensión afectan a los aparatos. En quirófano, nuestra planta siempre está en movimiento. Si hay apagones, de inmediato se prende la planta.
- ¿Y el estado de los quirófanos?
- En este hospital no se ha suspendido ni una sola operación por quirófanos dañados. Aquí lo que hubo fue una acomodación del quirófano porque como es un hospital antiguo hubo una fuga en un ducto. Obviamente cerramos el quirófano por cinco días. La siguiente intervención fue por la acreditación canadiense, porque somos nivel oro, y se nos dijo que había dos o tres cuestiones que a gusto de ellos teníamos que cambiar, que es el tema del suelo del quirófano. Hicimos una intervención de siete días, pero en ningún momento hubo caos. Fue algo preestablecido.