Espera. Miles de bachilleres no han podido obtener un cupo para estudiar en la Universidad de Guayaquil. En la oficina de Admisión y Nivelación buscan información sobre la segunda postulación.

Los jovenes ven a la universidad como la unica puerta

Entonces, ¿qué opciones de estudio o trabajo tienen aquellos que se queden sin cupo? Profesionales consultados por Diario EXPRESO afirman que hay otras vías para formarse.

Stefania Vaca, de 18 años, alcanzó 845 puntos en la prueba Ser Bachiller de marzo pasado. Quiere estudiar Comercio Exterior en la Universidad de Guayaquil; pero no pudo obtener cupo en la primera etapa de postulación que tuvo tres fases de asignaciones, la última de las cuales culminó el 9 de mayo.

Angie Lucín, de 18 años, está desesperada porque tampoco ha podido lograr un cupo para la carrera de Medicina.

Al igual que ellos, 344.507 bachilleres ven a la universidad como única vía para formarse profesionalmente y obtener empleo. Le otorgan un valor especial al hecho de egresar de estos centros, como un seguro de éxito a largo plazo.

Quienes tienen recursos económicos buscan centros privados. Quienes no cuentan con ellos se vuelcan a las universidades públicas, donde compiten con miles de aspirantes por las limitadas plazas.

En enero pasado, 5.783 estudiantes de tercero de bachillerato y graduados en años anteriores, rindieron un examen que les permitiría ser admitidos en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). La entidad tiene 2.800 cupos para el curso de nivelación y por semestre solo puede matricular a 1.000, según informaron.

A la Universidad de Guayaquil, en cambio, se postularon 64.537 aspirantes, pero la oferta para nivelación del primer ciclo es de 5.766 cupos.

Entonces, ¿qué opciones de estudio o trabajo tienen aquellos que se queden sin cupo? Profesionales consultados por Diario EXPRESO afirman que hay otras vías para formarse. Entre ellas, las carreras técnicas y sus títulos de tecnólogos, que además tienen otras ventajas en cuanto a tiempo y relación con el ámbito laboral.

Pero coinciden en que los jóvenes conocen poco o nada sobre ellas. Y los que saben de ellas, las subestiman.

“El campo laboral se encuentra saturado de profesionales y muchas veces los jóvenes no tienen idea de que lo que falta en el mercado es personal técnico. Por lo tanto, si estudias una carrera técnica encuentras trabajo mucho más rápido y con mejor sueldo”, considera Gina León, psicóloga educativa.

Los consultados encuentran que hay allí una doble tarea pendiente: por un lado, una adecuada difusión de esta oferta académica que también entrega títulos profesionales; y por otro, de una adecuada valoración de estas carreras.

Una tarea que debe efectuarse desde la época escolar y colegial y no solo cuando ya los jóvenes son bachilleres.

Andrés Briones, director de la Cámara de Industrias de Guayaquil, cree que el Estado debería enfocarse también en la oferta académica privada. “Desarrollar líneas de financiamiento para que allí los chicos tengan más oportunidades, un mayor acceso”.

En tanto, los jóvenes aún esperan ir a la universidad. La Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt) puso en marcha la Lista de Espera, mediante la cual podrán elegir de nuevo de 1 a 5 carreras de su interés. Se prevé que cerca del 50 % de la oferta esté habilitante.

Este proceso se desarrollará en dos etapas de postulación. La primera culmina hoy y la aceptación de cupo se hará del 17 al 19 de mayo. La segunda se desarrollará del 21 al 19 de mayo y la aceptación de cupos será del 25 al 28 de mayo.

La Universidad de Guayaquil cuenta con 2.014 plazas disponibles para las 52 carreras de sus 18 facultades. Serán asignadas luego de la segunda postulación.

Pese a las consultas de este Diario, la Senescyt, que maneja el proceso de admisión a las universidades desde 2012, no ha informado cuántos aspirantes no han logrado ingresar a nivel nacional. Catherine Guarderas, subsecretaria de Acceso a la Educación Superior de esa entidad, solo ha indicado que 44.000 personas han obtenido un cupo para sus estudios, del 2012 al 2016.

El proceso para asignar los cupos

La asignación de cupos se realiza a través de un algoritmo automatizado que considera tres parámetros específicos: Puntaje obtenido entre la nota del Examen Nacional de Evaluación Educativa Ser Bachiller y la nota del proceso de admisión de las Universidades y Escuelas Politécnicas (en el caso que cuenten con uno); los cupos disponibles y reportados por las Instituciones de Educación Superior (IES); y la postulación libre de los aspirantes.

Catherine Guarderas Jácome, subsecretaria de Acceso a la Educación Superior, de la Senescyt, explica que el sistema de acceso implementado incluye variables que dan más oportunidades a personas con escasos recursos, con discapacidad y privadas de la libertad.

Los protagonistas

Freddy Peñafiel Ministro de educación: “Es una opción el Bachillerato Productivo”

Desde el Ministerio de Educación tenemos como opción el Bachillerato Técnico Productivo, que es un año adicional de estudio, que se oferta en 17 planteles del país. Existe un imaginario social en el que tener un título de licenciado es la única alternativa para alguien que termina el bachillerato. Pero hay que recordar que un título de técnico o tecnólogo es un título de tercer nivel muy reconocido. A nivel superior, están los institutos tecnológicos, las propias universidades, los emprendimientos y la capacitación permanente a través de otras instancias. El Ministerio es el ente rector hasta bachillerato, donde garantizamos que los chicos obtengan su título. Luego hay otras instancias.

Sergio flores Rector de la Espol: “No todos deben ir a la universidad”

Lo primero es que no todo el que se gradúa en el bachillerato debe ir a la universidad. En los países desarrollados el porcentaje de gente que va a la universidad no pasa el 45 %. El problema es que hay que ofrecerle alternativas a los muchachos. Y ellas están en las tecnologías. Hay diversos niveles de preparación, pero me parece que es un tema que no lo hemos afrontado seriamente, como una solución necesaria. También uno observa que los estudiantes van en un alto porcentaje a leyes, administración y tenemos un exceso de estudiantes en administración de empresas y leyes; en cambio tenemos un déficit en carreras que el país requiere para su desarrollo.

Sonnia Rosero Rectora del Itsu: “El CES debe difundir el nivel tecnológico”

La educación tecnológica le proporciona al estudiante en solo tres años un título profesional reconocido por los órganos de educación superior. Provee carreras de vanguardia, que van al motor productivo del país, porque formamos la fuerza de profesionales en las áreas industriales. Entonces, estos estudios le permiten al joven insertarse rápidamente en el trabajo. De la experiencia de este instituto, en el tercer semestre están haciendo prácticas y en el cuarto ya son contratados. Le corresponde al CES, al Consejo de Educación Superior, como órgano planificador, difundir, promover y consolidar la opción de la educación tecnológica entre los estudiantes

Pablo Arosemena Presidente Cámara de comercio: “Emprender, la alternativa viable”

Los jóvenes son emprendedores por naturaleza y quieren aportar a su país. Por lo tanto considero que esta sería una de las opciones más viables por las que podrían optar, siempre y cuando no abandonen la idea de seguir su formación. Para solucionar el problema de la falta de cupos, los chicos necesitan tener más oportunidades en la educación superior. Así se puede resolver la situación de casi 800.000 jóvenes que en Ecuador ni estudian, ni trabajan. Y necesitan de opciones flexibles que respondan a su interés, por la innovación y la tecnología, y que los prepare para el mundo globalizado para emprender o vincularse al mercado con un empleo adecuado y la posibilidad de seguir formándose.

Andrés Briones Cámara de Industrias: “Sus opciones giran en torno a la informalidad”

Teniendo en cuenta que el mercado laboral en el país exige conocimientos y niveles de estudios mínimos para poder contratar, ser bachiller resulta ser una limitante para los chicos que aspiran tener un trabajo formal, que los ayude a progresar.

Ser bachiller, no obtener un cupo en la universidad, por lo tanto, los obliga a trabajar en la informalidad: en las calles, vendiendo de puerta a puerta o lavando carros de forma irregular para cubrir las necesidades que tienen.

Aquellos que tengan el apoyo de sus familias, sin embargo, podrán apostarle al emprendimiento. La opción es válida, genera ganancias. Lastimosamente no todos tienen la opción de levantar un negocio.

Carolina Peñafiel Psicóloga Clínica e industrial: “Les toca aceptar trabajos donde ganen el básico”

Las opciones no son muchas, al menos no para algunos. Y es que ante la falta de cupos y dinero para costearse la educación en una universidad privada, a los bachilleres no les queda de otra que aceptar trabajos donde ganen sueldos básicos y deban laborar como bodegueros, operarios, obreros; que no está mal, porque todo trabajo es digno, pero que tampoco es lo que aspiraban.

Y ante la demanda de empleo, que hoy se evidencia, las empresas exigen más, pagan menos, abusan. Los chicos se cansan y entonces renuncian, buscan nuevas ofertas, pero debido a la falta de preparación, vuelven a caer en lo mismo. Se estancan.