Naportec. El grupo Dole extenderá sus servicios para su carga más importante, el banano.

Inversiones por el dragado

Los puertos se han preparado para la llegada de buques más grandes a la ciudad.

La profundización a 12,5 metros del canal de acceso y la preponderancia aún mayor de Guayaquil en cuanto a manejo de contenedores entusiasman, aún desde antes, a los puertos.

El año pasado las estadísticas demostraron que ya por esta ciudad se movía el 93,4 % de los contenedores que entran y salen del país.

Las terminales portuarias públicas y privadas de Guayaquil crecieron más que la economía nacional en términos porcentuales: el movimiento de contenedores de 20 pies (TEUS) subió el 4,91 %, de acuerdo con el último boletín del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).

Y eso en buena parte por las inversiones, que se repotencian con el aumento de la profundidad del canal de acceso que estará a cargo de la multinacional belga Jan De Nul (JDN), tras la adjudicación de la obra por parte del Municipio de Guayaquil.

Las inversiones en curso de las cinco terminales privadas de esta ciudad son de alrededor de 30 millones de dólares. Pero para el futuro, desde el 2018, Inarpi (TPG), Naportec (Dole-Bananapuerto), QC Terminales, Fertisa y Ecuagran planean invertir 71 millones de dólares adicionales.

Solo hasta el año pasado Inarpi gastó $ 159,7 millones en ampliación de muelles y equipos (grúas pórtico principalmente) y logró un convenio con Trinipuerto para ampliar sus servicios a esa terminal que se usaba para graneles.

En los próximo cinco años Fertisa, el grupo Wong, planifica $ 20 millones para mejorar los servicios tanto de graneles como de contenedores.

Entre tanto Naportec, ha dicho su presidente, Sergio Murillo, previó entre el año pasado y los próximos 22 millones de dólares. Entre QC y Ecuagran serán más de 11 millones de inversión, pues el aumento de la profundidad del canal hará que lleguen barcos más grandes y con más contenedores a los puertos, creando nuevos desafíos al sector.

Según el contrato de concesión firmado entre Contecon y Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG), el canal debería estar a 9,60 metros, pero las batimetrías señalan profundidades desde 8 metros.

Con el trabajo de Jan De Nul se llegará a 12,5 metros con grandes beneficios: por cada 50 centímetros de inversión de los buques, estos pueden traer 16.000 toneladas métricas adicionales y 1.161 contenedores más.

Otras obligaciones contractuales que contempla el contrato con la empresa belga más grande de dragados en el mundo, es la instalación de un sistema de última generación de VTS, de control de tráfico y recaudación, como también el dragado de apertura y mantenimiento de la sección del canal fluvial en el río Guayas.

En el río hay puertos importantes como QC Terminales, Ecuagran (manejo de granos), Industrial Molinera (Grupo Noboa), Sterocean y Ecuabulk, de acuerdo con el catastro del Ministerio de Transporte.

Las terminales privadas movieron el año pasado 1’003.822 TEUS y Contecon 867.769, en conjunto, 87.676 más que el año pasado.

“Como resultado de la profundización y mantenimiento de este importante canal, las terminales portuarias de Guayaquil estarán en condiciones de competir con las terminales más modernas de la costa Pacífica de América, ofreciendo soluciones logísticas competitivas en beneficio de la economía ecuatoriana y su comercio internacional”, señala Jan Van Den Driesssche, gerente regional de Jan De Nul, en relación al futuro logítisco de la ciudad.

La posición estratégica de Guayaquil, según la Cámara Marítima, hace posible el crecimiento de otras empresas complementarias.

Los capitanes hablan de una “nueva etapa”

El capitán Enrique Gallardo, presidente de la Asociación de Prácticos de Guayaquil, cree que con la adjudicación del dragado a la compañía Jan De Nul, “realmente se acaba de dar un inicio a una nueva etapa de la actividad portuaria del Ecuador, para poder competir con los países vecinos”.

Gallardo, uno de los capitanes que trae los barcos en el trayecto de Posorja a Guayaquil por el canal, también manifiesta que las políticas portuarias tienen que cambiar totalmente y modernizarse de acuerdo con el potencial progresivo que presenta el mundo. “El dragado viene a dar mayor competitividad y todas las terminales tendrán que prepararse para este nuevo reto”.

Los navegantes esperaban esta obra, por cuanto hará que los buques vengan con más carga.