Innovacion educativa en Medio Oriente

El apoyo a los millones de personas de Medio Oriente recientemente desplazadas requiere una cantidad de recursos que sobrepasa, por mucho, la capacidad de las Naciones Unidas, y es un reto de ayuda humanitaria continuo para empresas, fundaciones y donantes del sector público. Si bien las fuerzas de paz de la ONU se financian con un sistema de “cuotas asignadas”, la ayuda humanitaria depende de donaciones voluntarias. La educación, a la que se asigna una prioridad menor a la de las necesidades básicas de supervivencia -alimentación y refugio- queda rezagada con demasiada frecuencia. Esto es mucho más peligroso de lo que podría parecer a primera vista. La crisis de educación amenaza con dejar a una generación de jóvenes perdida, sin ninguna esperanza de un futuro mejor. La mayor parte de los seis millones de niños desplazados de Siria permanece fuera de la escuela, mientras que alrededor de 250.000 jóvenes se ven privados de recibir educación universitaria. En Yemen e Irak, desgarrados por la guerra, millones de niños no asisten a la escuela; algunos de ellos puede que atraviesen todos sus años de edad escolar sin haber puesto un pie en un salón de clases. Pero gracias a la Plataforma para la Educación durante Repuestas de Emergencia (PEER), organizaciones benéficas, filántropos y fundaciones pueden ayudar a los estudiantes refugiados a encontrar oportunidades de educación superior y proporcionar refugios seguros para conferenciantes y catedráticos perseguidos por el régimen de Bashar al-Asad. PEER conectará a refugiados sirios que están listos para recibir educación superior con universidades listas para prestarles servicios, y con el tiempo se creará un conducto de enseñanza superior basado en la web para estudiantes desplazados de todos los niveles educativos en el mundo. PEER cuenta con el apoyo del Institute of International Education y de Catalyst Foundation for Universal Education. Esta última, también está en proceso de estudiar proyectos para mejorar la auditoría escolar, estimular la inversión de impacto social en la educación e introducir programas de estudio para fomentar la convivencia entre religiones en Medio Oriente y todo el mundo. Las escuelas son los primeros lugares en los que podemos promover una ciudadanía inclusiva en los países de Medio Oriente. Con esto en mente, está evaluando proyectos piloto de educación cívica en la región, y en Europa Oriental, África y EE. UU.- para determinar cómo los programas escolares pueden cultivar mejor el entendimiento entre religiones. Un plan de estudios modelo debería prestar apoyo a cursos que enseñan a los alumnos que la diversidad es una fuerza y un bien público para sus sociedades. La propuesta es trabajar con media docena de escuelas piloto: una secundaria en Emiratos Árabes Unidos, escuelas secundarias en EE.UU. y Europa, y una secundaria en Líbano que acogen a estudiantes refugiados sirios. Líbano es particularmente importante en este proyecto porque todos los alumnos de nueve años de edad son introducidos en un programa de estudios que enfatiza a todos los niños -ya sean chiíes, suníes o cristianos -el valor y la dignidad de todas las creencias, así como los puntos en común y afinidades entre ellas. Este modelo es un buen punto de partida para desarrollar un marco que fomente el entendimiento y el diálogo cultural y religioso entre los jóvenes en una etapa crítica de su educación, con la esperanza de que crezcan y se desarrollen como líderes de sus países y comunidades.

Project Syndicate