Los delirios de grandeza del ‘Chapo’ eran bien conocidos por los psicólogos penitenciarios. Lo que no imaginaban es que la ambición de Joaquín Guzmán Loera llegase hasta el punto de querer patentar su propio nombre. ‘El Chapo’. Una marca que una de sus hijas, Alejandrina Guzmán Salazar, de 32 años, logró registrar ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. La autorización, una burla más a la justicia del capo, permite a la familia del líder del cartel de Sinaloa beneficiarse de la venta de relojes, sombrillas, joyas y hasta adornos de Navidad con el sello del criminal.

La obtención del registro fue tortuoso. La esposa y la hija presentaron entre 2011 y 2014 al menos 24 solicitudes. Los escritos recogían todas las variantes posibles del famoso alias: El Chapito, Don Chapo ... Una tras otra fueron rechazadas en atención a “el orden público y la moral”.

Pero, según Milenio, sí lograron el registro de cuatro de los pedidos en los últimos años. También se aceptaron otras cinco solicitudes para usar la marca ‘El Chapo’ en otro tipo de productos, pero se desconoce si quienes lo lograron están relacionados con el recapturado capo. El País