Tarea. Las universidades se han visto obligadas a nivelar a los bachilleres antes de que ingresen a sus carreras.

Especialidades o Unificado, los bachilleratos tienen defensores

La Asamblea analiza la posibilidad de regresar al anterior sistema. Rectores, docentes y alumnos difieren sobre las ventajas o falencias de cada modalidad

En la Asamblea Nacional se habla de la reforma a la Ley Orgánica de Educación Intercultural Bilingüe (LOEI), que implicaría la eliminación del Bachillerato General Unificado (BGU), que ofrece un grupo de asignaturas centrales denominado tronco común. Y se plantea volver al Bachillerato por Especialidades (BE), en el que los estudiantes debían escoger entre Químico-Biólogo, Físico-Matemático o Ciencias Sociales.

Aunque no hay un estudio que permita conocer cómo ha funcionado el BGU, que está vigente desde el 2011, genera debate sobre el modelo de educación en Ecuador. En Guayaquil hay criterios divididos.

Marcelo Triviño, de 55 años, con tres décadas en la docencia, cree que volver al BE sería retroceder a una etapa en la que los jóvenes tenían pocas opciones para escoger qué estudiar en la universidad pública.

Pone como ejemplo que antes un bachiller Químico-Biólogo o Físico-Matemático no podía ingresar a la carrera de Sociología o Docencia, porque recibía poco de Literatura, Historia o Geografía; mientras que aquellos que seguían Sociales no podían estudiar Medicina o Ingeniería porque no veían Química, Biología o Física.

El BGU, anota el docente, está organizado en un tronco común que permite al bachiller graduarse con conocimientos similares y con una base en igualdad de aprendizajes, ofreciéndole los mismos accesos y oportunidades.

Algo similar opina Juan Carlos León, quien desde hace 15 años imparte la asignatura de Física en un colegio particular. Él ha tenido la oportunidad de trabajar con los dos bachilleratos, pero menciona que se quedaría con el BGU; primero porque permite desarrollar destrezas y conocimientos generales, y segundo porque define perfiles en los estudiantes para las distintas carreras que las universidades ofrecen.

Dalton Noboa, director de la Oficina de Admisiones, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), opina lo contrario. Señala que el BGU no ha logrado consolidarse y que por lo tanto puede que no se hayan alcanzado las metas que demanda la universidad para cumplir el perfil de ingreso a las carreras. “Para aquellos aspirantes que desde la etapa de adolescencia tenían claro qué estudiar, el bachillerato con especializaciones permitía dotarlos de mejores bases cognitivas”.

Lo dicho por Noboa se ve reflejado en el ingreso de estudiantes a la universidad: en enero del 2019 cerca de 100.000 rezagados rendirán la prueba Ser Bachiller, tras no alcanzar buenos puntajes para acceder a un cupo, según datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt).

En 2011 la Universidad de Guayaquil recibió a 27.000 nuevos estudiantes; en cambio, en el segundo trimestre del 2018 dio la bienvenida a 8.513 alumnos en el curso de nivelación.

Lo mismo sucedió en la Espol, donde además de la prueba Ser Bachiller se rinde un examen de admisión. Hasta el 2011 ingresaban en promedio 3.000 bachilleres, mientras que este año tuvo 2.300.

Al politécnico Carlos Ortiz, de 45 años, estas cifras le hacen suponer que el bachillerato actual no está siendo lo que tiene que ser, ya que es bien bajo el nivel de conocimiento con el que llega el estudiante a la universidad. Cuenta que en su época colegial logró acceder a la carrera de Ingeniería Mecánica de la Espol con bases sólidas, que le proporcionó el bachillerato en Físico-Matemático.

Su hija de 20 años quiso hacer lo mismo, pero no lo logró. “En el Bachillerato Unificado se establece un currículo en función de generalidades, en la formación de todo y nada, por eso no se logra profundizar conocimientos”, reprocha.

Lo mismo opina Patricia Ayala, rectora del Liceo Panamericano, quien indica que con el BGU todos los estudiantes toman lo mismo, aprenden lo mismo y salen sin saber mucho o casi nada de cada cosa. “Al generalizar las temáticas, los chicos con habilidades numéricas, por ejemplo, se ven complicados con temas de lengua o artísticos, o viceversa. Se observa cierto limitante por ese lado, al no lograr fortalecer las habilidades o aptitudes”.

Margarita Estrada, de 22 años, quien se postuló cinco veces para obtener un cupo para Medicina, cuenta que en el colegio le enseñaron generalidades de Biología y Química, pero nada de Anatomía. “Eso tuvo consecuencias al ingresar a primer año porque no tenía tanto conocimiento sobre esto”.

Por el momento, la eliminación del BGU es una posibilidad de la que todos quieren conocer resultados.

La propuesta

Ministerio evalúa el impacto

El Ministerio de Educación busca analizar si la implementación del Bachillerato General Unificado tuvo un impacto sobre el porcentaje de personas que terminan el colegio. No obstante, adelanta que en la última prueba Ser Bachiller régimen Sierra 2017-2018 se evidencia que la brecha entre la educación pública y la privada disminuye en 12 puntos en relación al período anterior. Asimismo, se incrementaron los resultados de aprendizaje en 13 puntos.

El ministerio propone generar mesas de diálogo ciudadano con actores relevantes y vinculados al sector de la educación, para fortalecer y revisar la estructura y contenidos del bachillerato vigente.

Voces

Dalton Noboa, director de la Oficina de Admisiones de la Espol

Se debe fortalecer la orientación vocacional en los colegios y conectarse con las universidades. Además se debe potenciar el pénsum curricular de educación media.

Patricia Ayala, rectora de la Unidad Educativa Liceo Panamericano

El Bachillerato Unificado abre el abanico hacia muchas áreas del saber y no profundiza en temas de interés de los alumnos. El de especialidades no dispersa tanto el conocimiento.

Samantha Rodríguez, bachiller que se postuló varias veces por un cupo

El bachillerato, cualquiera que sea, debe entregar al estudiante las herramientas intelectuales y emocionales que necesita para prepararse para la vida en general.