La campaña electoral arranca con la sensación de que poco ha hecho el organismo electoral para frenar el proselitismo anticipado. También, con una sombra de dudas sobre el origen de los aportes que muchos candidatos usarán para promocionarse y la eterna muletilla del “vacío legal” que frena cualquier control.

Aunque la nómina definitiva de candidatos no estuvo lista el 18 de diciembre, como se planteó, a Pita le tiene tranquilo el avance de la organización de las elecciones. La intranquilidad le viene por temas que dice que escapan de las manos del organismo.

¿Llegaremos al inicio de campaña sin todos los candidatos calificados?

Podrían existir candidaturas que no estén calificadas para el 3 de enero. Hay dos o tres casos que todavía deben ser aprobados por el pleno del CNE y luego podría existir recursos en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Recordemos que ese escenario ya se dio en el 2019, candidaturas que no pudieron iniciar sus campañas. Pero al final del día son situaciones específicas, muy marginales.

¿Afecta a la impresión de las papeletas o empezará pese a que no todos los candidatos están en firme?

No se ha empezado, pero se está empezando. Hay provincias en las que han concluido las inscripciones y calificaciones de candidaturas. Se concluyó ya la impresión de papeletas de los 45 candidatos al Consejo de Participación. El cronograma no ha sufrido ningún impacto.

¿Siente que se desbordó la precampaña?

Definitivamente, siento que hubo un desborde de todas las candidaturas. Nadie se salva. Incluso, siento que aquellos candidatos que van por la reelección han sido más irrespetuosos y se han aprovechado de su función para promocionarse.

Y del sentir al hacer, ¿qué ha hecho el CNE?

Lo que podemos hacer es muy poco, al final del día. Ratifico que hay un vacío legal, porque en la ley hay un artículo que habla de sanciones, pero no establece con claridad qué es considerado precampaña. No obstante, hemos insistido en bajar pancartas y en tratar de cuantificar los recursos usados en regalos. La desvergüenza de los candidatos para promocionarse antes del plazo oficial es realmente inmensa.

¿Las redes sociales hacen más grande ese vacío legal?

No podemos controlar redes sociales. Hemos conversado con los representantes de Twitter, TikTok, YouTube en América Latina y la única que nos da la posibilidad, porque tiene un aplicativo para revisar contratos y montos de esos contratos, es YouTube. Entonces ahí está trabajando nuestra gente para hacer la verificación.

¿Cuál es el sensor para los que ofrecen cilindros de gas, gallinas?

Hace un momento usé la expresión desvergüenza. A eso súmele desprecio por los valores éticos que deben regir el quehacer político. Pero, además del vacío legal, el desborde es tan grande que rebasa la posibilidad presupuestaria en cuanto al elemento humano del CNE. Los únicos que tienen el poder de castigar son los ciudadanos con su voto.

Pero el ciudadano más bien premia este tipo de campañas.

Hay una expresión que uso mucho: se supone que el hombre tropieza una sola vez con la misma piedra, pero los ecuatorianos se han enamorado de las piedras, las miran, acarician. La piedra les vuelve a hacer daño, pero solo recuerdan que en algún momento tuvieron cierta dosis de beneficio.

Hay que sumar la posibilidad de dineros irregulares en campañas. ¿Qué hará el CNE?

Eso rebasa nuestra responsabilidad. Hemos escuchado decir al presidente de la República que tiene evidencia de aquello, y en realidad somos actores que estamos al margen de eso, porque no hemos sido considerados ni siquiera con una información preliminar. Entiendo entonces que es una acción que debe ser llevada por el Gobierno, la Fiscalía, la Unidad de Análisis Financiero, el Ministerio de Gobierno. Nuestra responsabilidad es construir procesos democráticos.

Pero parte de las cuentas y movimientos de campaña llegan a ustedes. Algo podrán hacer.

Podemos mirar con atención lo que hizo, en su momento, el entonces consejero Luis Verdesoto en su informe de Arroz Verde. Ahí se determinó que aportes para una campaña específica hacían personas sin un patrimonio, declaración de impuesto o afiliación a la seguridad social. Eso permitió concluir que eran prestanombres. Esa es una ruta que el CNE tiene que seguir y profundizar.

¿La justificación de gastos que presentan los partidos ha servido de algo?

Los recursos que se justifican ante el CNE son ínfimos respecto a la gran cantidad que se utilizan en una campaña. Entonces, sí llega un momento en que uno se pone a pensar: ¿quién invierte tanto y por qué para un puesto que, muchas veces, no compensa el sueldo? Puede haber patriotismo, pero también comenzamos a mirar que posiblemente haya intereses que no guardan necesariamente relación con lo electoral y con el servicio.