Rolando Reyes, comunero de Valdivia, tiene cifrada sus esperanzas que en seis meses empezará a producir ostras. Hace una semana realizó por primera vez el sembrado de este molusco. La actividad no es nueva en la península, pero en este 2020 ha empezado a crecer debido a que los pescadores que ya la realizan han mejorado de forma considerable sus ingresos.

Hasta el 2019 los pescadores del puerto de Chanduy, Anconcito y Monteverde, eran quienes se dedicaban de lleno al cultivo. Sumaban 250 personas en cinco asociaciones, pero desde mediados del presente año se han unido agrupaciones de Valdivia, San Pedro y Ayangue, ahora son unas 400.

Las semillas de ostras que Reyes utiliza miden un centímetro y las colocó en pequeñas celdas que están sumergidas en el mar a dos millas de las costas de su población, “estoy seguro de que el asesoramiento de los técnicos me irá muy bien”, expresó. Otros cuarenta pescadores de Valdivia forman parte del ambicioso proyecto.

Fredy España, técnico del área de fomento productivo de la Prefectura de Santa Elena, es uno de los supervisores para que todo el proceso del cultivo de ostras en cautiverio en esta población sea exitoso. El experto confirmó que en este lugar se depositaron cincuenta mil semillas del molusco.

“Cada pescador ha sido capacitado para que pueda llevar adelante su producción, nosotros estamos muy pendientes de ellos para que no existan contratiempos durante el proceso, estimamos que entre seis y siete meses las otras estarán listas para el consumo del público”, señaló España.

Similar cantidad de semillas en Valdivia, también serán sembradas en San Pedro y Ayangue, mientras que, en Chanduy, Anconcito y Monteverde se repotenciará el cultivo; el objetivo es que la primera semana de enero del 2021 se haya sembrado aproximadamente 250 mil nuevas semillas.

En Santa Elena se cultiva ostras en cautiverio desde hace un lustro, el programa lo ha llevado adelante la Prefectura de Santa Elena en cooperación con el Gobierno de China-Taiwán, los asiáticos no solo enseñaron el cultivo, también implementaron un laboratorio para la obtención de semillas, que se construyó en la población de El Real de Chanduy.

En la actualidad culminó el acuerdo con los extranjeros y los peninsulares son quienes están al frente de la producción, la labor implica el cultivo del molusco en el mar, así como en el laboratorio donde mediante reproductores se efectúa el desove para obtener las semillas. El porcentaje de producción obtenido por parte de los pescadores que se dedican a esta actividad es del 70 %, un 25% se comen las especies depredadoras y el 5 % no crece. “Las ostras son garantizadas, se ha mejorado nuestro estilo de vida, este producto, por su buen precio, ha sido en parte nuestra salvación en este tiempo de pandemia”, dijo Sergio Cruz.