
Las cafeterías resisten al alza del café
El precio de la materia prima en el mercado internacional sigue por las nubes
Verónica Selleri disfruta de una taza de café americano caliente a las 10 de la mañana en Bombóns Coffee Shop, una reconocida cafetería en Guayaquil. Cuando se le pregunta qué haría una cliente recurrente de esa tienda como ella si su bebida favorita subiera de precio, no titubea en contestar que reduciría su consumo.
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Lo mismo piensan decenas de encuestados por EXPRESO que acuden todas las mañanas a las cafeterías de grandes cadenas asentadas en el país como Sweet & Coffee o Starbucks.
El riesgo de que la taza de café expreso, americano, capuchino y demás variedades suba en las cafeterías y restaurantes del país está latente, en algunos casos, en el corto y, en otros, en el mediano o largo plazo.
Esto se debe a una subida atípica del precio internacional del café que ha alcanzado máximos históricos, marcando nuevos récords en la Bolsa de Nueva York, que ha pasado de costar $1.90 el año pasado, hasta alcanzar los $4.25 por libra a inicios de este mes y bajar apenas a $3.74 hasta el pasado jueves.
Esta subida se debe a que los dos principales productores de café, a nivel mundial, Brasil y Vietnam, han venido sufriendo en los últimos meses una reducción en su producción por las extensas lluvias y sequías que azotan a sus plantaciones.
Si bien para Brasil, por ejemplo, el principal proveedor de café en el mundo, este escenario le es negativo durante el año 2025, en el que espera cosechar -4,4% frente al 2024, para los productores ecuatorianos de café este momento es atractivo porque pueden así aumentar el precio de su oferta.
“Que haya un precio alto del café en el mercado internacional, a los productores locales les conviene porque así pueden subir el precio del café que venden, ya sea para consumo local o para exportar. Subiendo los precios compensan sus gastos de insumo, mano de obra y procesamiento del café”, menciona a EXPRESO Juan Luna, cuyo negocio se basa en la venta del café de altura y quien tiene una alianza con la asociación de productores Cafetaleros del Sur, con los que comparte una ruta turística de café en la ciudad de Quilanga en la provincia de Loja.
Beneficio a productores, perjuicio a cafeterías
Pero este incremento de precio, en cambio, no beneficia a las cafeterías y demás negocios que en Ecuador se sirven de los productores del campo, ya que deben pagar más por la compra de este producto, una inversión extra que muchas cafeterías han tenido que trasladar al precio final de las tazas de café que venden, tomando el riesgo de reducir su demanda de clientes.
La cafetería Sweet & Coffee, la más grande en el país, indica a EXPRESO que los precios de los cafés de especialidad de las diversas regiones de altura del país que adquieren, han tenido un incremento de más de un 100%. Sin embargo, detalla esa cadena, ha decidido no transferir ese costo con la misma proporción a sus clientes, aunque “se afectan nuestros márgenes de rentabilidad”.
Desde enero pasado, cuando el precio del café sorprendió al comercio internacional, como muchas otras cafeterías y negocios, esta tienda realizó un incremento de precios a sus cafés empacados y otro “mínimo” en el precio de bebidas con café, para sostener el impacto.
Sobre las previsiones de un continuo aumento en el precio de este producto, Sweet & Coffee que tiene 147 sucursales a nivel nacional, indica que ya tiene un plan de abastecimiento de café en grano para prevenir afectaciones a su oferta. “Esperamos también que en la próxima cosecha que se llevará a cabo a mediados de este año y que se pronostica que va a ser positiva, podamos contar con mayor oferta y que así los precios se puedan normalizar”, señala a EXPRESO.
Otras cafeterías como Bombóns Coffee Shop, que aunque tiene menos locales, atiende a unos 21.700 clientes al mes que llegan en su mayoría por café, han asegurado su inventario para todo 2025, por lo que no han tenido la necesidad de aumentar el precio de su oferta. “La empresa tiene su café listo para lanzar sin verse afectada por la volatilidad del mercado a corto plazo”, asegura a este medio Yaimara Martínez, jefa comercial de esa cadena.
Pero a largo plazo, reconoce, esta situación sí podría afectarles. “Donde sí podría haber un impacto es en la reposición del café para 2026, ya que el alza en los costos internacionales afectará la compra de café en el futuro. Sin embargo, aquí es donde Bombóns Coffee Shop tiene un plus adicional: su propio cultivo de café arábico Sarchimor, que le permitirá sobre todo reducir la dependencia de proveedores externos y de la especulación del mercado internacional, sostiene.

Y es que las previsiones para los siguientes meses de este 2025 indican que el precio del café seguirá rondando los $4, debido a una menor oferta de ese producto desde Brasil que seguirá afectado por una sequía prolongada que reduciría su cosecha en 4 %, según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) del gigante sudamericano.
Otras cadenas de cafeterías ecuatorianas como California, cuyo producto principal es la pastelería y que oferta café para su acompañamiento, también aseguran que pueden afrontar la situación, hasta ahora, sin tener que subir el precio a las bebidas a base de café. “Esta decisión de no incremento se debe al volumen de tazas vendidas que permite diluir este aumento”, indica el gerente de Operaciones de ese negocio, Marcelo Ordóñez.
También hay negocios como Huma, una marca de café de especialidades, que a pesar de enfrentar un aumento en más del 100%, en la compra de este producto, ha optado por no trasladar ese extra a sus clientes y más bien ve con optimismo el panorama. “Estamos muy contentos de que haya un aumento del precio del café porque es algo positivo para la industria y porque es una ganancia que va directamente a la caficultura ecuatoriana”, menciona Juan Begué su propietario, quien además destaca que de esa manera y a largo plazo, la industria de café en Ecuador puede crecer.
¿Cuánto café se produce en Ecuador?
Ecuador produce un promedio de 200.000 quintales de café, que equivale a 150.000 sacos de 60 kilogramos al año, según datos de la Asociación Nacional Ecuatoriana de Café (Anecafé). No obstante, el mercado del café en el país aún es pequeño y no logra abastecer la oferta que crece cada año (alrededor de 300.000 sacos de café), por lo que necesita importar gran parte de este producto desde sus vecinos. Importación que, según Juan Luna, podrían aumentar en 2025 quitando más espacio a los productores locales y reduciendo el consumo en clientes amantes de esta bebida como Verónica Selleri.
Con un alto precio, el riesgo de menor consumo sube
Juan Luna, quien tiene larga experiencia en el negocio del café, indica que si bien a los productores el alza de precio les beneficia ahora, existe el riesgo de que la gente empiece a consumir menos café ante el aumento local de su precio. “Existe el riesgo también de que, por cómo está el precio internacional, los productores prefieran exportar el café en lugar de venderlo de manera local y que haya un desabastecimiento de café”, indica.
Esto haría además, explica Luna, que el café desde Perú y Colombia ingrese al país y tomen el mercado que dejarían libres los productores locales.
No obstante, señala que hasta ahora, la mayoría del café que se produce en la provincia de Loja al menos, se mantiene como tradicionalmente ha sido: para una venta local, tanto en esa zona como a nivel nacional.
El empresario quien mantiene una alianza con la asociación Cafetaleros del Sur señala que actualmente los productores locales están manteniendo, en la medida de lo posible, en el sur del país, el precio tradicional del café a sus clientes, con la intención de no afectar el desenvolvimiento de la cadena de esta rubro, desde que sale del campo, hasta que llega a la taza de café del consumidor final.
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