Drama llanero

Están en las principales avenidas y calles de la ciudad y ya se han transformado en parte de un lastimero paisaje diario. Algunos piden trabajo. Otros, ayuda para poder continuar su viaje hacia Perú. Pero la mayoría simplemente implora caridad. Son los migrantes venezolanos que portan carteles en sus manos indicando su procedencia como requisito indispensable para recibir ayuda económica, apelando a la solidaridad que despiertan al saber que han escapado de su país en busca de una oportunidad para vivir mejor. Son hombres, mujeres, familias enteras de varios miembros que se ubican en los parterres, donde pasan toda la jornada, como si estuviesen desempeñando un oficio, sin las menores condiciones de salubridad o seguridad.

¿Dónde están los representantes del pueblo de Venezuela en nuestro país? El embajador y el cónsul maduristas o del equipo de Juan Guaidó, ¿han iniciado ya alguna acción para ayudar a sus compatriotas durante su estadía en nuestro territorio? De mucha utilidad sería la realización de un censo que recopile información sobre profesiones, habilidades o conocimientos que permitan a los migrantes -definitivos o en tránsito- generar recursos a través de emprendimientos o de empleos propiciados por la gestión de las autoridades venezolanas en nuestro país.