Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Debilidad en la economia mundial

opinión internacional

El pasado abril, el FMI proyectó que la economía mundial crecería el 3,5 % en 2015. Durante los meses siguientes fue reduciendo continuamente su pronóstico hasta llegar al 3,1 % en octubre. Pero continuó insistiendo -como lo viene haciendo con una predictibilidad casi banal en los últimos siete años- que el año que viene será mejor, aunque con casi completa seguridad se equivoca una vez más. Para empezar, la tasa de crecimiento del comercio mundial es de un anémico 2 %, frente al 8 % registrado entre 2003 y 2007. Mientras que el crecimiento del comercio durante esos años vertiginosos superó con creces al del PIB mundial -cuyo promedio fue del 4,5 % -últimamente las tasas de crecimiento del comercio y el PIB han sido aproximadamente iguales. Incluso si el crecimiento del PIB supera al del comercio este año, probablemente no vaya más allá del 2,7 %. ¿Por qué? Según Christina y David Romer de la Universidad de California, Berkeley, los temblores posteriores a las crisis financieras modernas -es decir, desde la Segunda Guerra Mundial- se desvanecen pasados 2 o 3 años. Los economistas de Harvard: Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff dicen que son necesarios cinco años para que un país se recupere de una crisis financiera. Y, de hecho, los trastornos financieros de 2007-2008 han desaparecido en gran medida. ¿Cómo se explica entonces la lentitud de la recuperación económica? La depresión de la demanda de bienes y servicios a largo plazo está socavando los incentivos para invertir y contratar. Pero la demanda solo será débil si la gente carece de confianza en el futuro. La única explicación lógica para esta continua falta de confianza, como lo ha documentado y sostenido meticulosamente Robert Gordon, de la Northwestern University, es el lento crecimiento de la productividad. Antes de la crisis -y especialmente entre 2003 y 2007- este quedó oculto tras una ilusoria sensación de prosperidad en gran parte del mundo. China fue crucial para esta bonanza mundial. Pero esta dinámica se revirtió alrededor de marzo de 2008, cuando EE. UU. rescató del colapso a su quinto mayor banco de inversiones, Bear Sterns. Con los bancos de la zona del euro también profundamente involucrados en el desastre de las hipotecas de alto riesgo y desesperadamente necesitados de dólares estadounidenses, tanto EE.UU. como gran parte de Europa comenzaron a deslizarse implacablemente hacia la recesión. EE. UU. la superó en gran parte gracias a una política monetaria agresiva y a medidas para estabilizar el sistema financiero. La zona del euro en cambio, optó por medidas de austeridad fiscal y empujó al mundo a una nueva recesión. Y justo cuando parecía que esta había terminado, las economías emergentes comenzaron a desmoronarse. Los altos precios de las materias primas y los masivos ingresos de capitales habían estado ocultando graves debilidades económicas, mientras legitimaban una rampante corrupción. Estos problemas se amplían ahora con la desaceleración del crecimiento de China. En pocas palabras, los factores que debilitaron la economía mundial en 2015 continuarán y en algunos casos pueden incluso intensificarse.

Project Syndicate