Lugar. Emma Morano en su vivienda de Verbania, tras haberse posicionado como la más longeva del mundo.

La curiosa dieta de la mujer de los tres siglos

Superar a la francesa Jeanne Calment, fallecida a los 122 años, podría ser el próximo desafío de Emma Morano, la mujer más anciana del mundo con 116 años.Esta italiana, nacida el 29 de noviembre de 1899, es la última persona conocida que nació

Superar a la francesa Jeanne Calment, fallecida a los 122 años, podría ser el próximo desafío de Emma Morano, la mujer más anciana del mundo con 116 años.

Esta italiana, nacida el 29 de noviembre de 1899, es la última persona conocida que nació en el siglo XIX, desde la muerte el pasado jueves de Susannah Mushatt Jones, nacida el 16 de julio de 1899 en Alabama (sur de Estados Unidos).

Morano apenas se despierta de una siesta cuando aparece en la puerta de su pequeño piso en Verbania, una ciudad del norte de Italia. Ya está lista para la foto, sonriente, sentada recta al borde de su cama.

“Estoy muy bien, ¿quiénes sois?”, pregunta con una voz poco audible, mas no temblorosa. Según dijo su médico Carlo Brava a la prensa italiana, el anuncio de su nuevo título mundial la ha “rejuvenecido”.

Emma Morano, quien es la mayor de ocho, ha sobrevivido a la muerte de todos sus hermanos, la última fallecida hace cinco años a la edad de 102.

Dos de sus sobrinas y una auxiliar de enfermería se encargan de esta centenaria.

Ya no puede caminar, ve con demasiada dificultad como para ver la TV y no ha abandonado su apartamento desde hace 25 años, según la prensa, que cita a sus parientes.

Normalmente, recibe una vez por semana al doctor Brava, quien ha llamado la atención del mundo científico al revelar la dieta un poco curiosa que sigue esta centenaria. En contra de todos los consejos dietéticos, Emma evita las verduras, prefiere la carne, incluso cruda, y nunca olvida comer al menos un huevo crudo al día. Le gusta la compota de manzana, las galletas, el Colomba, un pastel rico en huevos y mantequilla que los italianos asocian a Pascua, o incluso el Pannetone y el Pandora, dos pasteles que se comen en Navidad.

En una entrevista el año pasado, Morano atribuyó su longevidad al hecho de haberse separado de un marido violento en 1938, poco después de la muerte de su único hijo.

Su amor verdadero partió al frente durante la II Guerra Mundial y nunca volvió. Abandonar a su marido en un pequeño pueblo católico de Italia en los años 30 no era fácil, y trabajó en una fábrica de bolsas de tela de yute para poder satisfacer sus necesidades.

Diagnosticada de anemia a los 20 años, su médico le aconsejó comer al menos tres huevos al día, dos crudos y uno hervido. Mujer de costumbres, se levanta a las 08:00, come a las 11:00 y cena a las 18:00. Después de cada comida, se echa una siesta y antes de acostarse a las 23:00 también come algo. Es una rutina que ella sigue con atención. “Estoy muy bien y durante mucho tiempo así será, estaré con vosotros”, prometió por sus 116 años.