El expresidente Rafael Correa estuvo un poco más de una hora en la sala de audiencias de la Corte Nacional este viernes 1 de diciembre.

Su seguridad y colaboradores habían llegado casi una hora antes para preparar su ingreso al lugar donde ya esperaban Soledad Buendía, Carlos Viteri y Marcela Aguiñaga.

Correa abrazó al vicepresidente sin funciones Jorge Glas y se sentó en primera fila para presenciar el juicio por asociación ilícita en el caso Odebrecht que, para ese momento cumplía un receso.

Durante casi toda su permanencia en el octavo piso de la Corte habló con Heriberto Glas, hermano del vicepresidente.

Luego de ingreso a la sala, se reinstaló la audiencia y presenció las impugnaciones de los defensores a la prueba de la Fiscalía. Además escuchó a siete abogados.

No pudo oír al defensor de Glas porque, como este no se sujetó a las reglas de la impugnación, el juez Édgar Flores suspendió nuevamente la audiencia.

Fuera de la sala Correa dijo que fue a visitar a Glas como amigo y cristiano. Dijo que era el primer preso político del actual Gobierno. También habló de la falta de pruebas contra Glas y señaló que había una ruptura del estado de derecho.

Eduardo Franco, defensor del vicepresidente, negó que su presencia en la Corte haya sido para ejercer algún tipo de presión a los jueces.