Sistema. Los pozo sépticos son sistemas primarios para tratar las aguas residuales domésticas.

Cerca del 15 % de la Estatal usa pozo septico

Existen seis de estos sistemas en el campus. La universidad analizará las redes sanitarias.

La modernización de los sistemas de alcantarillado ha relegado desde hace años el uso de los pozos sépticos, considerados poco seguros para el ambiente. Sin embargo, en la ciudadela universitaria ‘Salvador Allende’, donde se educan cerca de 53.000 estudiantes, aún existen seis de estos sistemas, que reciben cerca del 15 % de las descargas de aguas residuales del campus.

Según Héctor Hugo, director de Obras Universitarias, más del 85 % de las aguas residuales de la ciudadela universitaria van a la red pública. Mientras que el edificio de Bienestar Estudiantil, el laboratorio Ruffilli y los Sindicatos están conectados a pozos sépticos, detalla. Todos estos cercanos a la nueva plaza artística y cultural, Guayarte.

“El asunto es que, en ese sector, el nivel del suelo es más alto y los sistemas de alcantarillado funcionan mediante presión. Al ser más altos, pierden presión y el agua no corre. Por ello sostiene que construcciones vecinas también deben tener pozos sépticos, por el mismo inconveniente de la universidad.

Pero no son los únicos espacios en la ciudadela universitaria que usan este tipo de instalación sanitaria. Las facultades de Filosofía y Letras; de Odontología y la carrera de Sociología también están conectadas a dichos pozos.

Aunque estas edificaciones, resalta Hugo, tienen un funcionamiento mixto. “Es decir, (esas facultades) tienen pozos sépticos que funcionan con rebose. Cuando ya se llena y rebosan se conectan a la red pública. Entonces, nunca vamos a ver los desechos regados en el campus. Aunque, como todo pozo séptico, siempre habrá alguno que otro inconveniente”, menciona.

Actualmente, Obras Universitarias trabaja en el levantamiento de información sobre la infraestructura hidráulica del campus ‘Salvador Allende’ para desarrollar un proyecto de soluciones basado en los problemas que se detecten.

“Nos ha tocado recurrir al Municipio, y con los estudiantes, levantar información sobre los planos de las redes porque no había ninguno. Lo que también está pendiente es la revisión con cámaras de la línea principal, para determinar si esas tuberías están obsoletas o no”, agrega Hugo.

En tanto, Armando Saltos, docente de la Universidad de Guayaquil y especialista en tratamiento de aguas, no ve mayor inconveniente en que existan pozo sépticos. “Todo depende de cómo hayan sido construidos y del mantenimiento que se haga a estos sistemas. En todo caso, si se piensa hacer una rehabilitación de las redes hidráulicas es preferible que lo conecten a la red pública”.

Sin embargo, Jorge Rada, especialista en ingeniería hidráulica y sanitaria, cree que sí es urgente el cambio de descargas residuales a la red pública en la universidad ‘Estatal’ porteña. “El problema es que llega un momento en que el tanque séptico puede verse afectado de alguna manera, con terremotos o factores como la vetustez del material. Esto causa grietas en el tanque y puede ocasionar filtraciones contaminantes hacia los cuerpos de agua cercanos, en este caso, el estero Salado”.

EXPRESO consultó a Ilfn Florsheim, vocera de la concesionaria Interagua, entidad encargada de la operatividad de los sistemas de agua potable y alcantarillado de la ciudad, sobre este caso en la Universidad de Guayaquil, a lo que ella respondió: “La conexión interna (de los sistemas de alcantarillado) es competencia de cada dueño”.

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