En la crítica situación económica que vive el Ecuador es una acción positiva afianzar relaciones con el más importante comprador de productos ecuatorianos: los Estados Unidos de América. En esa dirección se ha orientado, y con éxito, el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores, siguiendo la línea que en esos campos define el presidente de la República. El nuevo posicionamiento ecuatoriano frente a la dictadura venezolana y la ruptura con Unasur son parte de las acciones que han colaborado a un notable acercamiento con EE. UU. que, a su vez, ha facilitado las recientes operaciones de crédito con organismos internacionales y sigue propiciando amplios y trascendentes encuentros. Como bien se ha dicho, la política exterior es la otra cara de la misma moneda en que se sustenta la política interna. Ese próximo encuentro tendrá lugar en Quito del 13 al 14 del presente mes. Se trata de una cumbre de negocios que aspira a convocar más de tres mil personas interesadas en el comercio bilateral.

Ojalá, acuerdos semejantes se den en los campos de la ciencia, la tecnología y la innovación, donde Estados Unidos ocupa los primeros lugares. Son vitales para aproximarse, apoyando a los centros de educación superior, a la aspirada senda del desarrollo, sabiendo que para transitarla no bastan las ventajas tradicionales.