Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Sobre amor y amistad

Los griegos, y entre ellos Platón, diferenciaban Lisis y Eros, amistad y amor. Algunos los siguen. La vida humana tiene lógicas donde se tejen y destejen con erotismo, sensualidad, sexualidad, cariño, etc. José José, con letra de Manuel Alejandro canta: “Casi todos sabemos querer/ Pero pocos sabemos amar/ Y es que amar y querer no es igual/ Amar es sufrir, querer es gozar”. La melodía tiene sabor masoquista.

Hoy, Día del Amor y la Amistad, hechura de afectos, decimos con Paz lo que expresa de la poesía: “Nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio”. Por eso los amantes son poetas de pasiones y sentires. El amor nos hace recreadores de lenguajes del cuerpo y espíritu, capaz de crear dos en uno, y nos convierte en parvularios de su silabario. Sin esto solo es atracción. Los amantes saben que el amor no es matemático o metafísico. Tiene lógica corporal, imaginativa y de piel, que se hace en la cotidianeidad mundana. No hay fórmula de diferenciación. Solo el cuerpo-espíritu, pasión, la gramática del erotismo es capaz de crear algunas certezas.

El amor siempre vive y se expresa desde cuerpos, rostros, nombres y pasiones que se fusionan en ritos, mitos y oraciones que los amantes conocen. Por eso “no es extraña la confusión: sexo, erotismo y amor son aspectos del mismo fenómeno... manifestación de lo que llamamos vida... para el amante el cuerpo deseado es alma; por esto le habla con lenguaje más allá del lenguaje... es perfectamente comprensible no con la razón sino con el cuerpo, con la piel” (Paz).

Amor y amistad se asumen existencialmente. No se construyen de conceptos sino de sentires, goces y afectos. Dejemos que sigan recreando vínculos, rituales y alfabetos sensoriales hechos de cotidianeidad mundana.

Celebremos que amor y amistad sigan siendo formas de vivir y sentir lo humano más allá de conceptos, credos, estereotipos y esas búsquedas ilusorias de amor y amistad ideal. Vivámoslos y asumámoslos como se dan y sienten. No hay más. El “más” debilita y mata a uno y otro. Aceptémoslos como son cada uno, y como hacen y fusionan los lenguajes de cuerpo, piel y alma.

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