Alvez y Angulo se llenan la garganta de goles

Álvez tiene un instinto que se deja seducir por el riesgo; su atrevida creatividad le lleva a jugar al límite del peligro. Elige el destino valor gol al balón, contenta a la inteligencia, es apto para la emoción y para la eficacia. Cuando menos lo esperas mete un toque insólito. Difícil de anticipar para la marca. A la trampa del offside le gana gambeteando o cambiando para el destinatario inesperado que aparece desde atrás. Álvez vale tanto como los pases que recibe, inteligente para los movimientos (no espera cerca del área, llega), va con los botines de punta, le agrega peligro a los balones que recibe, no solo mete goles, los construye. Con capacidad de modificar un resultado y provocar asombro. No posee hechizo estético, pero cuando el ángulo de tiro anula todas las posibilidades, él consigue meter peligro. Amigo del arco. Calienta la red. Lleva el gol incorporado. Podrá jugar con Blanco como medio punta, arrancando desde atrás, donde encontrará campo amplio para poder moverse y acomodar su talento. Entonces sí, con recorrido puede aparecer con su potencia arrolladora y su sentido de oportunidad para el gol.

José Angulo (21) atacante de Independiente. Es la fibra que apabulla. Depurado, electrizante, fuerte y expeditivo.

Un nueve de categoría que vive al acecho, a la espera del momento, para conectar la quinta velocidad mental, para encontrar una solución a la medida de la dificultad. Nunca un movimiento en falso ni un gesto inarmónico. No tiene prisa. La facilidad con que resuelve en el mano a mano con los porteros es lo que más impresiona. Amaga hasta con la personalidad.

Con el balón gana confianza, devuelve paredes de 30 centímetros y hace cambios de frente de 25 metros. Sentido de la táctica del compromiso. Su arma más eficaz es la suma de técnica y sentido común (15 goles). Encara hacia adentro, mete el freno con sentido de tiempo y usa bien los dos perfiles. Sus movimientos son vehementes casi furiosos, la avasallante fortaleza que contagia.