La agricultura cambiara

El mundo enfrenta el desafío de poder alimentar a 9 millardos de personas para el año 2030. Hoy, aproximadamente 900 millones de seres humanos sufren de malnutrición y, en ciertos casos extremos, hambruna. Esa proporción de 1 por cada 7 habitantes del mundo con dificultades para cubrir sus necesidades de ingesta, se transforma en 1 de cada 3 en los países en desarrollo, según la FAO. Sin embargo, paradójicamente, hoy se produce suficiente comida para todos. Cuando en 1987 tomaba la especialidad de agroindustria en mi maestría, pude terminar un estudio que concluía que jamás llegaba a consumirse en Ecuador el 19 % de la producción agrícola, fundamentalmente por problemas de distribución. El mundo utiliza aproximadamente el 85 % de la superficie cultivable de la tierra, bajo las modalidades agrícolas tradicionales. Las prácticas actuales han virtualmente terminado con los acuíferos de India, por ejemplo, y para no irnos muy lejos, han destruido gran parte de la vida marina norteamericana, donde un país rodeado de océanos tiene que importar el 80 % de los productos marinos que consume, según datos de Singularity University.

A este paso, para mediados del presente siglo habremos terminado con las fuentes de proteína provenientes de los océanos. Frente a este panorama apocalíptico hay buenas noticias: los países con economías liberales están desarrollando rápidamente tecnologías que trasladadas a prácticas de cultivo están revolucionando la eficiencia en el uso de suelos y la productividad. Para citar solo un ejemplo, India introdujo a inicios de la pasada década la siembra del Bt Cotton, una suerte de algodón genéticamente modificado, lo cual permitió, económicamente, triplicar la producción y convertir al país en exportador de algodón, luego de ser importador.

Vienen cambios muy importantes en cultivos hidropónicos, acercando fuertemente los centros de producción a las ciudades y ahorrando con ello costos enormes de movilización y bodegaje. Que los políticos se preocupen de sus ollas de grillos, nosotros veamos cómo ayudamos a “parar la olla” a 16 millones de ecuatorianos.

Twitter@PaulEPalacios