El ultimo adios al maestro
don Jorge Vivanco, quien ha dejado de existir, deja muchos recuerdos de su don de la palabra y legados de valores éticos y morales a quienes tuvimos el privilegio de tenerlo cerca. Algo muy fuerte me confirma que su espíritu noble y de gran estirpe como certero investigador de la verdad, se debe a su pensamiento firme guiado por su alma noble, bondadosa pero sencilla, digna de los grandes maestros. Sin duda, siempre estuvo presto para invocar y reconocer la verdad, al Maestro de maestros, Jesucristo, aún en el último aliento de vida, como su verdadero Señor y Salvador, de quien aprendió el deber de expresarse con valentía y justicia. ¡Hasta siempre don Jorge!
Elisa Herrera Bravo