Estos corrales marinos o redes de piedras se encuentran ubicados a 80 metros de la playa, lugar de reencuentro de las culturas, se asemejan a grandes albarradas y están rodeadas de piedras volcánicas, su observación se da en marea baja, con frecuencia en

Los aborigenes utilizaban ‘red de piedra’ para pescar

Autoridades. La intención del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural en Manabí es construir un museo para rescatar la cultura del sector.

El misterio de unas infraestructuras en forma de cerco de piedras sumergidas al pie del perfil costero en el sitio Liguiqui, ubicado a 26 kilómetros de la parroquia Santa Marianita, Manta, fue revelada por uno de los arqueólogos que investiga este acontecimiento. Se cree que las culturas asentadas en Manabí utilizaban estos muros de piedra como una red para pescar.

Leonardo Alonzo, uno de los arqueólogos quien lleva más de diez años estudiando los asentamientos de las culturas en Liguiqui, refirió que las indagaciones sobre la presencia de los ‘corrales marinos’ o ‘redes de piedras’ empezó en los basurales arqueológicos que existen en esa zona. Por sus hallazgos determinaron la presencia de siete culturas asentadas allí, como la Chorrera, Huancavilca, Machalilla, Manteña, Jama Coaque, Valdivia y Bahía.

Según Alonzo, este cerco de piedra construido por la cultura Manteña hace miles de años solo se puede apreciar en marea baja o luna llena, debido a que el mar se retira a unos 80 metros de la playa y deja al descubierto las primeras infraestructuras de este novedoso lugar arqueológico.

Agrega el experto que por los vestigios encontrados alrededor de las montañas y a unos 100 metros de la playa donde están los corrales marinos se puede deducir que fue un sitio de asentamiento de estas culturas, ya que en varios sectores podemos apreciar tumbas ceremoniales de la más alta jerarquía, grandes vasijas y dentro se encuentran los cadáveres y basurales arqueológicos, donde hay hasta restos de especies marinas que ya no existen y que estos consumían”, indicó Alonzo.

Leonardo mencionó que Liguiqui se encuentra ubicado a 150 metros sobre el nivel del mar y que por las noches se torna luminoso por la presencia de las estrellas y la luna. Para el investigador, este fue el punto exacto que escogieron estas culturas como sitio ceremonial para estudiar el firmamento.

Carlos Delgado, otra de las personas que estudió por seis años el lugar y su historia arqueológica, indicó que la red de piedra aparentemente fue construida por la cultura Manteña para atrapar peces y moluscos que eran arrastrados por las fuertes corrientes marinas a la orilla del mar.

Mientras que Leonardo Alonzo profundizó el tema e indicó que los corrales marinos a distancia de 100 metros a la arena muerta (playa) se aprecian las primeras infraestructuras y a una profundidad de 150 bajo el mar se encuentran los cercos más grandes que construyeron Los Mantas.

Estos corrales marinos, en su mayoría, están hechos por dos tipos de piedra, una es volcánica o bola y la piedra arenita, que se la encuentra en la orilla del mar. Al momento de unir estos dos tipos de roca se crea una termita marina como si fuera una mezcla de cemento; esto lo hicieron hasta para soportar manifestaciones naturales como terremotos.

Los pobladores mantienen la creencia que uno de estos corrales donde se asimila una pequeña laguna color azul de 1 con 20 centímetros de profundidad servía como centro materno de estas culturas.

El director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural en Manabí, Hólger García, sostuvo que estas tienen forma de U invertida y que son un conjunto de piedras enormes y cuando subía el mar los peces eran arrastrados y luego cuando bajaba quedaban atrapados por los aborígenes.