Quito

Edificios Quito
Altura. Los edificios de gran tamaño se sitúan alrededor de las avenidas grandes, como la Naciones Unidas.Karina Defás

“La ciudad debe aprovechar los servicios que ya posee”

Dilema habitacional: elevar la densidad poblacional sin asfixiar los servicios Pese al plan de uso de suelo, la urbe ya crece hacia los valles

Hacia el cielo deberán extenderse los edificios de Quito para concentrar más población. O al menos esa es la proyección del nuevo Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) que fue aprobado el pasado lunes. Sin embargo, las lógicas de crecimiento de la ciudad no siempre obedecen a la planificación y presentan desafíos.

Actualmente, Quito vive el fenómeno contrario. La tendencia actual de crecimiento hacia los valles orientales ha dejado con menor población a zonas como el Centro Histórico y la avenida 10 de Agosto, donde antes se concentraban varias dependencias del Gobierno central, que ahora han migrado.

Vista de Quito

La capital, con la mirada hacia el crecimiento en altura

Leer más

“Quito es una ciudad que nunca va a dejar de crecer, hagan lo que hagan los concejales, los planificadores o los constructores”, expresó Joseph Schwarzkopf, gerente general de la inmobiliaria Uribe Schwarzkopf. Para él, el reto del urbanismo está en garantizar los servicios necesarios para que los habitantes puedan desarrollar sus actividades de manera plena.

  • Impuesto: Cada piso adicional a la edificabilidad básica autorizada le costará un valor adicional al constructor. Esto se destinará al desarrollo de otras áreas.

Pero para el concejal Juan Carlos Fiallos, la idea del crecimiento en altura es una alternativas que beneficia a un pequeño porcentaje de las constructoras de la capital y acusó al alcalde en disputa, Jorge Yunda, de haber ‘aceptado’ una supuesta agenda impuesta por las empresas inmobiliarias. Ante esto pidió que haya una participación más ‘democrática’ de los sectores económicos.

Para Fiallos, las compañías de construcción buscan desarrollar solo las áreas de mayor plusvalía y para combatir esto debería ser el Municipio el que determine las zonas con posibilidades de desarrollo.

Y para financiar este desarrollo, la capital cuenta con un impuesto a la construcción de pisos conocido como concesión onerosa de derechos. En zonas como La Carolina existe una edificabilidad básica de 16 pisos, aunque el máximo bordea los 30. La diferencia es que después del número 16, cada piso le cuesta un impuesto al constructor. Este impuesto va a las arcas del Municipio de Quito y en el nuevo PUGS estará destinado exclusivamente a la regeneración urbana de zonas donde se busca incrementar la densidad poblacional.

A modo de comparación, la densidad poblacional de Quito es de 63,8 habitantes por hectárea, mientras que la de Bogotá bordea los 215.

Sobre esta línea, el CEO de Elmir Grupo Inmobiliario, Daniel Elmir, argumenta que la expansión es crucial para aprovechar la infraestructura, ya que “existe una utilización del 30 % de los servicios básicos en los terrenos consolidados del DMQ”.

Y pese a los cuestionamientos sobre que la generación de mayor densidad poblacional podría colapsar los servicios de vialidad o los lugares de esparcimiento, tanto Schwarzkopf como Elmir coinciden en que se busca desincentivar el uso del automóvil mediante dos iniciativas principales.

Una es la reducción de la cantidad de parqueos disponibles en los edificios a construir y otra es la implementación de nueva infraestructura que inste al ciudadano a usar el transporte público, sobre todo el Metro, así como métodos alternativos como la bicicleta o los ‘scooters’, que se han popularizado en los últimos años.

En la planificación, esto sería posible gracias al concepto de centralidades, que permitiría al usuario tener todos los servicios en un rango de 15 minutos de desplazamiento. Entre las centralidades principales en este nuevo plan están los sectores cercanos al Parque Bicentenario y el sector de El Labrador, donde se ubica la estación inicial del Metro. Se busca entonces provocar un crecimiento que motive a la gente a la utilización del Metro como sistema de transporte longitudinal, mientras que para los buses se aplicaría una reforma de sus rutas que vayan de este a oeste de la ciudad.