No más letra muerta

La homologación de cascos para motociclistas no se acata y esto se entiende cuando prima la falta de control... De nada sirve mentalizar y diseñar políticas públicas si estas van a terminar en letra muerta o en el olvido

El freno a la delincuencia que viaja a bordo de una moto atraviesa una segunda oportunidad, pero con vías a fracasar. La ordenanza municipal que obliga a los conductores de motocicletas y su acompañante a portar su casco homologado (identificado con la placa vehicular) entró en vigencia desde este mes, pero no todos la cumplen.

La norma, que fue pensada para controlar la circulación e identificación de los conductores y que bien puede servir como herramienta para reprimir a personas que usan este medio de transporte para delinquir, ha entrado a la misma zona de incumplimiento en la que están ya otras disposiciones. Tal homologación no se acata y esto se entiende cuando en las vías prima la falta de control. Hasta el día de hoy, las autoridades de tránsito no han logrado hacer respetar la restricción de movilidad (la de máximo dos personas en una moto) o conseguir lo básico: que todos porten un casco. De nada sirve mentalizar y diseñar políticas públicas si estas van a terminar en letra muerta o en el olvido. Hacer que se cumplan es también hacer respetar la institucionalidad y a la misma autoridad. Para lograrlo se requiere reforzar la vigilancia, no solo hacer que esta sea rigurosa sino constante. Lo contrario es un show para simular que se quiere implantar el orden.