Un gobierno debe ser politemático

Sobran los desafíos frente a los cuales, venciéndolos, el presidente puede evidenciar su capacidad. Persistir en reiterar un triunfo resulta contraproducente’.

La observación, que luce como una perogrullada, viene a cuento con motivo de la persistencia presidencial en remarcar el éxito alcanzado en la protección de la vida de los ecuatorianos cuando cumplió la meta de vacunar a nueve millones de ellos en cien días. Es justo reconocer el esfuerzo que significa alcanzar un propósito que no parecía fácil de conseguir. Es válido también aceptar que no se obtuvo de esa gran victoria el reconocimiento al que tenía derecho. Tal cual ahora, una de las fallas del régimen es su comunicación, habilidad que no necesariamente guarda relación con el número de veces que un hecho se repite en los medios o el dinero del que se dispone con ese fin. Oportuno sea entonces recordar, y no es cualquier cosa: el logro fue destacado por los organismos internacionales de salud. Ello es altamente significativo. Más aún si el resultado aludido se dio durante los meses iniciales del primer año de gestión.

A la fecha, nuevas victorias deberían poder ser remarcadas en la propaganda oficial. La persistencia en destacar la vacunación genera la impresión de no haber conseguido otras.

Razón sea lo señalado, para inducir al cumplimiento extraordinario de las múltiples tareas que constituyen las obligaciones del Ejecutivo. No es conveniente mantener una actitud monotemática.