Editoriales

Fisuras en la Bolsa

"El mercado de valores no tiene un sistema de medición de riesgo, de alertas, sumado a un ineficiente sistema de control, pese a que hay dos entidades que lo hacen: las superintendencias de Bancos y de Compañías"

El mercado de valores es lo más transparente de toda economía, pero en Ecuador existen zonas grises en un entorno que mueve $ 11.000 millones en transacciones anuales (10 % del PIB).

La génesis de los problemas suscitados por impagos en tres de sus mejores títulos, facturas, obligaciones y papel comercial radica en una ley obsoleta, en administradores bursátiles enquistados por décadas, en la falta de cuadros nuevos que dominen las nuevas tendencias y procesos digitales que se traducen en una escasa modernización, porque ya en la mayor parte del mundo las bolsas han ido a parar a un teléfono móvil.

El mercado de valores no tiene un sistema de medición de riesgo, de alertas, sumado a un ineficiente sistema de control, pese a que hay dos entidades que lo hacen: las superintendencias de Bancos y la de Compañías, que no vieron venir, o no quisieron ver, los impagos recurrentes de algunas empresas.

Hoy, las bolsas de Quito y de Guayaquil deben dejar atrás sus pasiones regionalistas y unificarse. Lo piden a gritos las casas de valores que no están envueltas en escándalos, las empresas emisoras serias que hoy ya no saben si sacar o no sus papeles al mercado con fisuras.