La dictadura de la pauta
El país necesita una prensa libre, objetiva e imparcial y una normativa que despoje al poder político de la posibilidad de decidir discrecionalmente sobre el destino de los fondos públicos...
La función primordial de los medios de comunicación es mantener informada a la sociedad para que esta pueda influir en el accionar de sus gobernantes. No exponer los hechos y las necesidades que aquejan a los ciudadanos no solo es un incumplimiento de su rol fundamental, sino una transgresión de los principios éticos y morales que los rigen. La prensa debe estar siempre al servicio de los gobernados y no de los gobernantes. Sus silencios también constituyen una forma de mordaza e incluso de complicidad, pues el omitir o minimizar información trascendente contribuye a solapar irregularidades y fallas de gestión.
Los gobiernos de todo nivel deben destinar los recursos de los contribuyentes a informar sobre las medidas tomadas o a proporcionar datos que consideren importantes o de interés público, no a una autopromoción que muchas veces en forma camuflada, premia a los que callan o castiga a quienes le son incómodos, imponiendo la dictadura de la pauta comercial.
El país necesita una prensa libre, objetiva e imparcial y una normativa que despoje al poder gubernamental de la posibilidad de decidir discrecionalmente sobre el destino de los fondos públicos en función de compromisos o simpatías.