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Telón de fondo: economía sin sociedad

Avatar del Willington Paredes

Es hora de comprender de otra manera, cambiar la economía y la política para que la sociedad tenga vida y futuro.

Las quejas siguen sobre salud, educación, medicinas, seguridad, empleo, bienestar, etc. Se habla aisladamente sin el telón de fondo. Ese es el problema, pues no es solo de presupuesto. Ahí está la relación economía, sociedad, Estado y política. El fondo dice: la economía es anterior al Estado y al mercado. Es siamesa de la sociedad. Esto lo saben los adoradores del Estado y mercado. Lo conocían Adam Smith (inglés interesado en lo social) y Karl Marx (rechazaba el estatismo). Pero sus ignorantes y bobalicones seguidores se hacen los tontos. Ninguna obra de ellos alienta el estatismo y mercadorismo. Hoy, cuando en el Ecuador macondiano del economista que saqueó y quebró al país y del banquero perdido en el ‘paro-mo’ indígena, comprendemos por qué la salud está enferma, hospitales sin infraestructura, médicos ni medicinas; escuelas sin bancas ni libros con profesores tira piedra y el desempleo ganando espacio, con pobreza alimentando la delincuencia, etc. Esta es la realidad.

Lo primero, leer la historia del estatismo de 1972 al 2022, sumar subsidios a combustibles y gas, quiebras bancarias, subsidio a camaroneros y sueldos dorados de una burocracia corrupta y asambleístas ignorantes. A esto se deben agregar los dineros saqueados por corrupción, obras públicas con sobreprecio, las subfacturaciones de empresas privadas, las moras al IESS, etc., y esto suma cerca de la cifra astronómica de $ 300.000 millones.

Del lado del neoliberalismo salvaje y bastardo (el neoliberalismo no es hijo de Adam Smith) la situación evidencia que el desastre no es menor que el del estatismo socialista, de los cleptómanos populistas y del ‘sumak kawsay.’ Ahí están las tontas ideas del recetario del FMI, que atendiendo y adorando al mercado quitó recursos a la educación, salud, seguridad, bienestar, empleo, etc.

Ese es el dinero que estatistas y neoliberales salvajes han robado y desperdiciado. Esto construye la base de la perversa estructura que políticos y empresaurios, de todos los colores, han creado en la sociedad. Señores lean bien, Marx no fue estatista ni Adam Smith un salvaje y miserable mercadorista. Es hora de comprender de otra manera, cambiar la economía y la política para que la sociedad tenga vida y futuro.