Sin demagogia, mentiras ni parodia

Tome conciencia de la importancia que tiene hoy, no como votante obligado
Hoy, como soberano, el votante tiene el deber cívico y la obligación moral de atreverse a razonar. No debe creer falsas promesas y mentiras doradas. Hoy más que nunca debe gritarles a políticos y mafiosos que él y solo él es el soberano. Esta acción debe ser base y cúspide del origen y sentido de su decisión. Es así porque hoy, más que ayer y mañana, decide en qué sociedad civil y en qué mundo orgánico y político quiere vivir. Hoy debe graduarse de ciudadano crítico. Apropiarse de ese rol que lo hace actor-autor del destino histórico de su comunidad local y del país. Es el momento en el que la responsabilidad cívico-política no finaliza con su voto. La transciende puesto que será también el jugador que pierde o gana (él y su país) en su pronunciamiento. No hay escapatoria; esto se encuentra más acá y allá del certificado que se obtiene.
Dirá si escoge bien y tuvo la inteligencia social, cívica y política para saber elegir. Quedaron atrás propaganda, ‘gingles’, tiktoks ridículos y sonsos, ‘slogans’, malos bailes de candidatos, palabras aprendidas que ‘marqueteros’ escogieron para que las digan como promesas. Ya no está asediados por los asesores prácticos de la psicología comunicacional, semiólogos y especialistas en vender candidatos como papel higiénico y lápiz labial, para captarlo con su diabólica influencia.
Irá hacia la ciudadanía plena, difícil porque mafias políticas, organizaciones e inversionistas han puesto camisetas y regalos, mentiras y cuanta basura electoral sea posible. Ya pasó con asambleístas vergonzantes donde las maquinarias electoreras cautivaron, captaron y cooptaron ideológica, psicológica y políticamente.
Su decisión, como elector, es la responsabilidad de elegir bien, sin la presión grupal ni ‘marquetera’. Recuerde: usted no es solo votante, sin responsabilidad social alguna. Sí la tiene. Su elección es también un deber cívico, patriótico y político. Sufraga, pero su responsabilidad sigue, con sus aciertos, yerros y equivocaciones. Su voto está más allá de la pluma y los papeles. Ecuatoriano, elija con toda responsabilidad. Tome conciencia de la importancia que tiene hoy, no como votante obligado, sino como ciudadano que deberá hacerse responsable de su buena o mala decisión en la elección de hoy.