Columnas

La calidad del contendiente

Si en algún momento por la lucha política tocaran a la esposa y al hijo del señor Cabascango, sería yo el primero en protestar como ahora lo hago

En el año 2013 expresé públicamente mi protesta cuando una persona acudió al aeropuerto de Miami con el propósito de hacer pasar un mal rato a la esposa del expresidente Correa, cuando hacía una escala en ese aeropuerto. Fue un error de quien creo que es una buena persona, para afectar a una dama que nada tenía que ver con la lucha política, sino que por el contrario había hecho todo el esfuerzo posible para mantenerse fuera de la vida pública.

En esta oportunidad no puedo dejar de expresar mi rechazo como ciudadano frente a la pretensión del asambleísta José Cabascango de convocar ante sí a la esposa del presidente Guillermo Lasso y al mayor de sus hijos, respecto de la investigación sobre los llamados ‘Pandora Papers’.

Más allá de lo legal, donde es evidente que la Asamblea Nacional no tiene el poder para convocar a personas que no tienen un cargo público, el buscar llevar a la Asamblea a la familia del presidente no hace otra cosa que develar la calidad de la política en este país. La Asamblea, con la Comisión que legalmente corresponda, así como los demás poderes del Estado, tienen el derecho de investigar todo sobre los ‘Pandora Papers’, y el presidente Lasso fundamentará su defensa como legalmente lo ha venido haciendo, presentando la evidencia del cumplimiento de las normas legales en el Ecuador. Eso le hará bien a la nación, tanto como al primer mandatario; pero pretender generar presión sobre él a partir del involucramiento de su familia en la lid política, no es siquiera compatible con las formas de pelea del lumpen de la sociedad. Por lo que se sabe, hasta en las mafias delincuenciales hay códigos, donde entre ellos se matan, pero al menos respetan a las familias, apartándolas de las consecuencias de sus actos impropios. Este es el momento donde aquellos que sufrieron en carne propia un acto similar, como lo expreso en el primer párrafo de esta columna, hagan público su rechazo a este intento de vejamen. Si en algún momento por la lucha política tocaran a la esposa y al hijo del señor Cabascango, sería yo el primero en protestar como ahora lo hago.