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Ahí viene el lobo

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La corrupción alcanza proporciones escandalosas con el populismo paternalista representado en aquella época por el roldosismo y/o bucaramato

Desde que "volvimos a la democracia", luego de concluido el Triunvirato Militar se viene hablando de corrupción y la necesidad de luchar contra ella. Los latrocinios hasta esa época eran de poca monta. Igual que hoy, pocos fueron alcanzados por el brazo de la ley; la mayoría de ellos prófugos, bajo el remoquete de perseguidos políticos.

La corrupción alcanza proporciones escandalosas con el populismo paternalista representado en aquella época por el roldosismo y/o bucaramato, tanto en el ámbito seccional con la Alcaldía de Guayaquil y posteriormente en el ámbito nacional en la Presidencia de la República, donde el "lleve" fue escandaloso y descarado. ¡Quien diría que unos años después, el nuevo populismo paternalista (correísmo) superaría con creces al roldosismo, no solo en estilo político, sino también en prácticas poco ortodoxas, generadoras de fortunas inexplicables en términos generales.

Es así como por décadas venimos cacareando aquello de la necesidad de crear comisiones ciudadanas anticorrupción. En cada gobierno se crea una nueva y los resultados, los mismos: una justicia comprometida o comprada, "nuevos ricos con la plata de los ecuatorianos", ningún dinero recuperado; los corruptos un tiempo autoexiliados, para retornar a retomar la "teta" y seguir enriqueciéndose, gracias al gran negocio de la corrupción. Total, los informes de las mentadas comisiones tienen solo peso ético y como la ética está en desuso, dichos informes son tirados al tacho, ya que juzgados y juzgadores, en su mayoría, resultan ser compinches usufructuarios de la corrupción, al punto que en el correato se llegó al extremo de demandar y condenar a los nueve integrantes de la comisión de aquella época, integrada por: Simón Espinosa, Julio César Trujillo, Juan Fernando Vega, Isabel Robalino, María de Lourdes Arboleda, Ramiro Román, Germán Rosas, Jorge Rodríguez y Byron Celi, tras la demanda por "calumnia" del excontralor Pólit.

Es así como la lucha contra la corrupción ha pasado a ser como el cuento infantil de "Ahí viene el lobo". Muchas veces pregonada, pocas veces practicada.