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Sentido de urgencia

Avatar del Juan Carlos Díaz Granados

Un país no puede funcionar así, más aún cuando sabemos que la tecnología debería facilitar las cosas, no complicarlas.

Ha transcurrido un año de gobierno. Somos uno de los países más vacunados, permitiendo el crecimiento de la economía a niveles prepandemia. Fantástico, pero cuando uno recorre el país, no se nota obra pública. Tampoco se encuentra la infraestructura pública de los gobiernos autónomos descentralizados, mostrando falta de coordinación. Está bien la planeación, pero transcurre el periodo presidencial sin acción visible.

La ciudadanía también se queja de falta de placas vehiculares; citas para conseguir licencias de conducir, cédulas y pasaportes para varios meses después de que uno las solicita; falta de medicinas en los hospitales y el mal estado de las unidades educativas públicas. El sistema de la Aduana tampoco se repotencia, deteniendo y causando costos adicionales al comercio internacional. Un país no puede funcionar así, más aún cuando sabemos que la tecnología debería facilitar las cosas, no complicarlas. Son asuntos que se pueden solucionar sin la intervención de otras funciones del Estado. Algunos son fáciles de enderezar, verificando que el presupuesto fluya y asignando un equipo solvente para cada caso. Con eso, el Gobierno queda bien ante la ciudadanía. Ser y parecer, pero no ocurre.

Mientras tanto, la clase media recibió el impacto de un incremento de los impuestos para equilibrar cuentas fiscales que solamente a la burocracia nacional e internacional les interesa cuadrar. Los demás queremos resultados. Un elector vota emocionalmente, y en eso influye el beneficio que uno siente que recibió, que hasta el momento es la vacunación.

Quedan solamente tres años de Gobierno. Espero de corazón que este sea el año que el Gobierno se ponga los patines y se luzca componiendo lo mencionado. Ojalá que la cartera de Economía haya ahorrado los excedentes petroleros, el aumento de los impuestos y haga rugir la economía con esos recursos. A nosotros, los comunes, no nos interesan los conflictos políticos. Nos importa que quienes conformen los gobiernos sean agentes de cambio que mejoren nuestra calidad de vida. Que trabajen para nosotros y no lo contrario.