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Curitas

Avatar del Jorge Jalil

Hace unos años nos confinaron por una pandemia, hoy elegimos quedarnos en casa muchas veces por miedo a lo que está ahí afuera

Creo que ya es innegable que perdimos por completo el control del país. No solo es el Gobierno, la Asamblea, la Función Judicial, no solo todos los poderes del estado sino el estado en sí, que somos todos nosotros.

Hace unos años nos confinaron por una pandemia, hoy elegimos quedarnos en casa muchas veces por miedo a lo que está ahí afuera. Como diría mi abuelo: “el diablo anda suelto”.

Ahora bien, teniendo clara la paupérrima situación social, de seguridad y de drogas por la que estamos atravesando, ¿qué hacen aquellos que están llamados a mantener el orden y el contrato social al que todo nos adherimos?

Pues cada uno en lo suyo, tenemos un gobierno de cuyas intenciones aún no me atrevo a dudar, pero que no encuentra un norte y pretende tapar el sol con un dedo. Este país está herido de muerte, lo han abierto con un cuchillo de pies a cabeza y queremos contener la sangre con curitas.

Por otro lado, nuestra función legislativa, nuestros asambleístas que mientras la gente se muere se dedican a un juicio político sin pies ni cabeza solo porque quieren tumbarlo a Lasso por cuarta vez.

Ya basta, la gente se esta muriendo, no digan que no se pueden sentar a negociar por “falta de palabra” cuándo nos da miedo que nuestros niños salgan a jugar, por Dios.

Lo que si debo decir, y en esto soy enfático, no me parece la solución que el presidente elegido para gobernarnos cuatro años se vaya a casa. Ya sea porque lo presionen para que renuncie o porque la Asamblea esté utilizando un mecanismo constitucional con el único fin de desestabilizar.

Estamos a tiempo de cambiar y a mi parecer un porte de armas regulado es un paso en la dirección correcta, porque contrario a lo que nos quieren hacer creer la mera posibilidad de que alguien porte un arma tiene un efecto disuasivo sobre los delincuentes.

Estas medidas solo podrán tener éxito si paran un tiempo el juego de tronos y nos dedicamos a curar la herida. Todos los líderes políticos deben participar, y quienes no lo hagan, que le respondan a la historia.