Columnas

Sí se puede

El amor por nuestra bandera puede más que cualquier tipo de rencilla política o ideológica, solo debemos poner de nuestra parte. “Sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá”.

Para nadie es ajeno que el país está, en gran medida, paralizado por el Mundial de Fútbol. Si está bien o está mal es algo a lo que no pienso referirme, creo que entrar en ese debate sería inútil y ajeno a lo que les quiero transmitir hoy.

Algo que siempre nos ha unido es el deseo de que a nuestra selección le vaya bien; el país se une en un solo grito y apoya a 11 seres humanos dejando la vida en la cacha por poner a su país en lo más alto. Si bien suena utópico e ingenuo, yo sí creo que eso es una muestra de que hasta los más amargos rivales o que dos personas que piensan totalmente diferente pueden, pese a todo, unirse en torno a un propósito que todos compartimos. Entonces, ¿por qué no hacemos lo mismo con otros objetivos comunes? Los problemas que afectan al país son cada vez más evidentes y el sufrimiento que generan la violencia, la desnutrición, la corrupción, el camino que hoy recorren nuestros niños y jóvenes, y muchos otros factores nos tiene agobiados. Siendo así, utilicemos ese sentimiento patrio que ya sabemos puede unirnos y seamos partícipes de que este país que hoy gracias a una selección de valientes sobresalió en el ámbito futbolístico, sobresalga también como un país de paz, libre de desnutrición infantil, que le dé suficientes oportunidades a los niños y a sus padres para que no deban conseguirlos de manera ilegal o violenta. No se trata de debatir cómo lograrlo, eso le compete a las autoridades, pero nosotros como ciudadanos, como empresa privada podemos apoyar de una forma mucho más ardua la consecución de estos objetivos. Así como gritamos a todo pulmón un gol de nuestra selección, celebremos cada punto que baja el desempleo. Así como festejamos la clasificación de nuestra selección a un mundial, festejemos que los números de muertes violentas en las ciudades que hoy son las más peligrosas de Ecuador, pasen a ser de los más bajos de la región. Todo esto es posible y lo hemos demostrado. El amor por nuestra bandera puede más que cualquier tipo de rencilla política o ideológica, solo debemos poner de nuestra parte. “Sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá”.