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Lecciones del paro nacional

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De los paros de octubre 2019 y de junio de 2022 se pueden sacar estas lecciones

El 13 de junio se inició un paro nacional indefinido convocado por la Conaie presidida por Leonidas Iza, con la participación de la Fenocin y la Feine, conformando un gran movimiento social campesino, multiétnico y religioso, que venía reclamando la atención del Gobierno nacional a sus demandas presentadas por escrito en junio de 2021 con una solicitud de diálogo, pero solo fueron recibidos en el mes de octubre y nunca se dio respuesta a los 10 puntos planteados. Ahora esperan un diálogo efectivo y con resultados. De los paros de octubre 2019 y de junio de 2022 se pueden sacar estas lecciones: 1.- La Conaie, por su organización, disciplina, capacidad de movilización y espíritu de lucha, ha liderado los levantamientos sociales en el país en las dos últimas décadas; presentando una gran convocatoria a sectores sociales no indígenas del campo y la ciudad. Aun con sus conflictos internos y equivocaciones políticas ha también mantenido su presencia con el movimiento Pachakutik. 2.- Lamentablemente, el sistema político y los últimos gobiernos no han procesado, por ejemplo, el paro de octubre de 2019, desde una perspectiva política y como movimiento social -con sus principios de identidad, oposición y proyecto histórico-, más bien se lo ha tratado de manera punitiva, racista o como el enemigo/terrorista/vándalos. El gobierno del banquero-presidente del Opus Dei y sus asesores no entienden nada, por eso se han opuesto visceralmente a la amnistía colectiva dada por la Asamblea; y ahora se han demorado 18 días para dialogar y llegar a un acuerdo. 3.- Solo las FF. AA y PP. NN han procesado y asimilado el paro de octubre del 2019 y la presidencia de Iza en la Conaie en 2021, lo que se expresa en las estrategias montadas a nivel nacional y en Quito. Para la disuasión, defensa y represión empleadas por la fuerza pública se aplicó en la misma intensidad que la de los protestantes y de forma “proporcional y moderada” el uso de armas letales. Incluso, se montó un sistema de comunicación encabezado por el “trío de la fuerza”, los ministros del Interior y Defensa y el secretario de Inteligencia, que difundió medias verdades y miedo colectivo. (Continuaremos)