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Escrupulosa Navidad

Avatar del Diana Acosta

"A puertas de celebrar una fecha tan especial, quiero desde esta columna desearles una entrañable y escrupulosa Navidad junto a sus seres queridos, regalándose lo más preciado en estos tiempos, el cuidado y respeto a los otros"

Muchos de los ecuatorianos han demostrado ser descuidados, insensatos, desobedientes y fiesteros. El mundo no para de hablar de los estragos de la pandemia y ahora, lo que faltaba, una mutación del coronavirus detectada en Reino Unido, y aquí no pasa nada; más farras, más cenas, más aglomeraciones, y lo más movido está por venir: Navidad y Fin de Año.

Seguro muchos hemos perdido a seres queridos en este devastador año y, sin embargo, parece que algunos siguen sin tomar conciencia de que el problema mundial de la salud aún no ha terminado.

Resulta imperativo y urgente, que las autoridades cantonales analicen el alcance de la crisis y la evolución que esta puede llegar a tener durante el mes de enero del próximo año, donde se verán todos los casos nuevos de COVID por los contagios durante estas festividades. Quizás hasta convenga imponer medidas restrictivas para evitar las aglomeraciones, la fiestas masivas, o los paseos desenfrenados por centros comerciales. La crisis sanitaria no ha terminado en el mundo y menos para nuestro país. La crisis económica se siente y seguirá creciendo conforme avanzan los meses. No pueden seguir con la farra inescrupulosa, con la vida alborotada que se acostumbraba vivir en esta época. La situación es completamente diferente; no hay manera de tener libertad total, al mínimo descuido y desenfreno el virus ataca. Recordemos que la capacidad hospitalaria es limitada y si es nuevamente rebasada, veremos caer víctimas sin parar. Esperemos no regresar a las imágenes dantescas del inicio de la crisis sanitaria donde la gente se moría en calles, veredas, carros, casas, afuera y dentro de los hospitales. La noticia alentadora de que la vacuna ha sido aprobada y será distribuida a nivel mundial, debe comprometernos a cuidarnos para poder llegar a tenerla y así disminuir los riesgos de contagio y muerte.

A puertas de celebrar una fecha tan especial, quiero desde esta columna desearles una entrañable y escrupulosa Navidad junto a sus seres queridos, regalándose lo más preciado en estos tiempos, el cuidado y respeto a los otros.