Ingreso por habitante

...el llamado PIB per cápita (o Ingreso por habitante). Quizás se entendería mejor si lo llamáramos ‘PIB por nuca’ para señalar en promedio cuánto de la producción ha sido lograda por cada habitante de un país
Es normal que la población en general sienta que la macroeconomía no se conecta con la situación de una localidad, familia o individuos, el indicador Producto Interno Bruto (PIB) no les dice nada, no los mide ni los representa. Si no tengo trabajo y me va peor que antes, ¿cómo pueden estar hablando de que la economía se está recuperando y teniendo un crecimiento muy superior al programado y que debo tranquilizarme porque estamos mejor? En esta percepción hay que trabajar.
Lo que estamos viviendo desde hace varios días, además de un gran contenido político, es consecuencia de no poder comunicar adecuadamente cómo estamos y hacia dónde vamos y hasta cuándo seguiremos dentro del plan de ajuste emprendido justo un año antes de la pandemia para poder conectar con las necesidades de la población, que son adicionales a la de los organismos y mercados internacionales. Había que hacer el ajuste, sin duda, pero debe llegar el momento de aflojar y creería que está por lo menos 5 meses tarde.
Si el PIB nos dice poco, mucho menos nos dice cuando lo dividimos para la población con la finalidad de conocer el llamado PIB per cápita (o Ingreso por habitante). Quizás se entendería mejor si lo llamáramos 'PIB por nuca' para señalar en promedio cuánto de la producción ha sido lograda por cada habitante de un país. Tanto el PIB y su indicador Per Cápita son de mucha utilidad para hacer comparaciones entre países y entender cómo les fue en un período determinado.
Allá por 1980, cuando en Ecuador éramos 8 millones de habitantes, en Chile 11, Perú 17 y Colombia 27 millones, el Ingreso por habitante expresado en dólares para todo el año fue 2.672 dólares para Chile, USD 2.097 para Ecuador, USD 1.682 para Colombia y USD 1.165 para Perú. Nos ubicamos en un cómodo segundo lugar de 4 países seleccionados. Las crisis nos fueron golpeando de distinta forma, llegamos a perder nuestra moneda y para el año 2001 nuestro ingreso por habitante era menor que dos décadas atrás al ubicarse en 1.909 dólares. En el mismo período de tiempo Chile (USD 4.721), Colombia (USD 2.460) y Perú (USD 1.936) veían crecer en promedio más de 60 % su ingreso por habitante. Claramente a ellos les fue mejor que a nosotros.
En 2021, un año después de la pandemia, según las estadísticas disponibles en los reportes globales de perspectiva del FMI, el Ingreso por habitante deja a Chile con USD 16.070, Perú con USD 6.643, Colombia con USD 6.156 y a Ecuador con USD 5.979. Los datos permiten señalar que, un año después de la pandemia, Chile registró su más alto ingreso por habitante, Colombia retrocedió 6 años, Perú 4 y Ecuador 8 años.
Hay que dialogar, ceder, cambiar de rumbo, respetar lo que cada uno se ha ganado, dejando claro lo que se necesita corregir y a quién le corresponde hacerlo dentro de sus realidades. Sin duda se necesita mejorar la producción nacional, que ha avanzado a mejor ritmo que en el pasado después de la dolarización. El período de ajuste que enfrentamos no ayudó mucho, sin embargo, era necesario parar la inercia del elevado endeudamiento causado por enormes déficit fiscales de los últimos 9 años. El precio del petróleo está ayudando, pero hay que enfocarse en crear condiciones para que se recupere el empleo y atacar la pobreza que debe ser prioridad dentro de un entorno fiscal que incrementará su complejidad cuando se pierda el efecto rebote posterior a la pandemia.