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¿Por qué y para qué encubrirlos?

El último, o a lo mejor el penúltimo, se refiere a las glosas formuladas por la Contraloría General del Estado contra 32 “honorables”.

La función Legislativa de un tiempo a esta parte es una institución que casi para nada sirve, con el perdón de unos pocos legisladores que sí valen la pena. Pero sobran los dedos de la mano para contarlos…

Los mandantes -el soberano-, lastimosamente por el pésimo sistema electoral que nos rige, no saben a quienes eligen y solamente los llegan a conocer no por sus buenas gestiones, sino precisamente por lo contrario, por sus actuaciones dolosas o culposas cometidas antes de su elección o en pleno ejercicio de sus funciones. ¡Para qué recordar los diversos actos de corrupción cometidos por los “padres de la patria” de la anterior Legislatura!

Para no quedarse atrás de sus antecesores, los actuales legisladores ya tienen sobre sus espaldas algunos actos que desdicen su jerarquía. El último, o a lo mejor el penúltimo, se refiere a las glosas formuladas por la Contraloría General del Estado contra 32 “honorables”.

Como es obvio, esta situación provocó malestar en la ciudadanía que, sin afán de victimizar a persona alguna, por intermedio de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, le pidió al Contralor que dé los nombres de los legisladores que se encuentran glosados. La Contraloría se ha negado a darlos y ha elevado una consulta al procurador del Estado para que le diga si da o no los nombres. ¿Por qué esta manera de actuar?

La glosa o predeterminación es una observación que formula la Contraloría en contra de un servidor público, tercero involucrado o beneficiario de acuerdo con el artículo 53 de la Ley Orgánica de la Contraloría cuando se ha detectado un hecho que causa perjuicio económico al Estado o a sus instituciones como consecuencia de su acción u omisión culposa.

El que no la hace, no la teme, dice un adagio popular. Hay que ser consecuente con la sociedad, por lo que esperamos que se den los nombres de los glosados para que la Contraloría no sea encubridora de hechos como estos, en homenaje a la ética que debe caracterizar a todos, y con mayor razón a los legisladores