No es suficiente una bendición
No se olvide. Cuando estén a su lado…, y cuando se hayan marchado. ¡Cuánto necesitan de la oración nuestros hijos! De las oraciones vocales y de las mentales. Las que usted sepa y se acuerde, o las que encuentre en el celular. En los actuales momentos ellos están expuestos a muchos peligros que antes se podían controlar. Hoy no. No es suficiente con darles la bendición. El mal no se toma descanso. Irrumpe noche y día. Entonces, nosotros también estaremos noche y día, pidiéndole a la Virgen y al Señor, que los proteja. Solo hay que juntar las manos, ponerse de rodillas, o sentarse o pararse y… pedir. Recuerde, los cristianos somos muy pedigüeños, y al Señor le gusta que lo hagamos.
Mario Monteverde Rodríguez