Uso progresivo de la razón

Las circunstancias en que se desenvuelve el país obligan a cada ciudadano a tomar un bando, así no sea de su agrado. Pocos permanecen desentendidos creyendo así soslayar el problema. La prensa que intenta cubrir la amplia gama de sucesos sigue siendo endilgada de corrupta, sin entender lo difícil que es informar. Se ignora que corrupto es quien se ha dejado sobornar, capaz de pervertir, dañado, viciado o torcido, lo cual -en el hipotético caso de suceder- es penado por la ley. Se sostiene con frecuencia que las marchas indígenas en las provincias del centro norte del país, donde se encuentran radicadas, se deben a élites de dirigentes que distribuyen las aportaciones recibidas de inversores interesados en lo político, exigen contribuciones y multan a quienes no participan so pena de sanciones y otro tipo de ataques contra las personas y sus propiedades. La protesta tuvo respaldo sentimental de gran parte de la ciudadanía por desaciertos cometidos por un gobierno ante presiones de organismos foráneos. ¿Pero será buena medida hambrear a la población mayoritaria que aunque afectada deseaba recuperarse de una pandemia que aún persiste? ¿O arrojar miles de litros de leche en lugar de procesarla y entregarla a niños desnutridos de sus propias comunidades? ¿O atacar a un convoy militar que llevaba suministros a regiones apartadas. La violencia engendra más violencia. No nos dejemos llevar por emociones primarias, hagamos uso progresivo de la razón y la sensatez para lograr equidad y justicia entre todos. No destruyamos la unidad de la patria. No permitamos que las cosas empeoren.

Dr. Ricardo López G.