El pastor y el lobo

Señores de la EPMMQ, antes de promocionar cortinas de humo como paseos de reconocimiento de inútiles simulacros de operación, deben preocuparse del subsidio municipal

Como en la famosa fábula del pastor que pide auxilio desesperado y la población acude diligente a su llamado para encontrar que es falsa alarma e indignada por el engaño no acude a la siguiente llamada, que es cuando el peligro es verdadero; el pastor ahora es la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito -EPMMQ. Ha realizado tantos anuncios fallidos sobre la operación del Metro que la población indignada por el engaño ha perdido confianza en el servicio de este medio de transporte. Queriendo rectificar, sutilmente cambia de estrategia y anuncia que el 21 de diciembre el Metro entrará a operar paulatinamente, primero con las unidades del trole y la Ecovía y luego con los alimentadores particulares, sin precisar fechas, estrategia que alimenta el descontento e indignación de la población, que desconoce la verdadera articulación entre las unidades de superficie y el tren subterráneo. Solo los 180 articulados y biarticulados de difícil movilización por la topografía de la capital estarán disponibles al inicio en superficie; de este modo, la EPMMQ deliberadamente ha disminuido la cantidad de usuarios y el ingreso correspondiente, incrementando el subsidio municipal que lo termina pagando el ciudadano común. Señores de la EPMMQ, antes de promocionar cortinas de humo como paseos de reconocimiento de inútiles simulacros de operación, deben preocuparse del subsidio municipal, apresurando la integración del transporte particular (se estima necesarios alrededor de 800 buses tipo); reorganizando profesionalmente las rutas y frecuencias del sistema de buses particulares; socializando eficientemente los cambios de la reorganización, etc., esto lleva tiempo.

 Marco A. Zurita Ríos