Obligaciones e incumplimientos presidenciales

Confié y voté por él, y lamento tener que referirme a sus notorios incumplimientos y errores, pero lo hago con la sincera esperanza de lograr las ansiadas e indispensables rectificaciones. De lo contrario, veremos las consecuencias de sus equivocaciones.

Ya en el ejercicio del poder existen obligaciones y promesas de campaña que no necesariamente constan expresamente en la Constitución o ley suelta, mas constituye su cumplimiento una urgencia tan grave que desoírlas o tratarlas sin la urgencia que necesitan pueden ocasionar consecuencias sumamente desagradables en la vida social, política y económica, pues responden a la solución de problemas en las más elementales necesidades ciudadanas. La inmensa mayoría estamos cansados de actitudes demagógicas o incapacidades de quienes ostentan el poder para solucionar los graves temas en seguridad, salud, empleo, corrupción, etc. Lo censurable es que esa actitud sea la permanente del presidente de la República. Una de las obligaciones supremas del primer magistrado es analizar seria y prácticamente, sin demagogia, las verdaderas condiciones de inseguridad en que vivimos y, con urgencia, tratar de solucionarla o al menos disminuirla, pues es poco menos que inaguantable. Incumplir la obligación de vigilar la forma como vive el pueblo, por inseguridad y pobreza, y en cuanto a salud, corrupción, empleo, y más cuando se tiene cifras económicas que nada ofrecen en el porvenir inmediato, es omitir uno de los principales deberes gubernamentales. La paciencia de los ecuatorianos parece no tener medida, no obstante le sugeriría que no abuse porque de repente puede colmarse la capacidad de aguante. Nadie en su sano juicio debería tener la temeridad de permitir que ese límite se alcance. Confié y voté por él, y lamento tener que referirme a sus notorios incumplimientos y errores, pero lo hago con la sincera esperanza de lograr las ansiadas e indispensables rectificaciones. De lo contrario, veremos las consecuencias de sus equivocaciones.

Ec. Mario Vargas Ochoa