Un lujo que no es de los políticos

A los pueblos se les respeta y se les sirve

Siento desdén por los ancianos perversos. Soy consciente de que a mis 85 años estoy viviendo en “tiempo prestado.” Les he advertido a mis hijos que no me lloren en el momento de la despedida porque he vivido una vida plena de satisfacciones y emociones, llevada hasta alturas siderales por la ternura de una mujer con quién he compartido 58 años de mi vida. Dedico mis días a publicar una revista cibernética pero jamás se me ocurriría participar en política; porque digo las cosas tal como las veo sin importarme lo que piensen otros. Ese lujo no pueden dárselo los políticos. Además, a los pueblos se les respeta y se les sirve. No se les hacen promesas para no cumplirlas.

Alfredo Cepero