Sobre las Lomas de Urdesa, la pandemia y el futuro del país

Mucha satisfacción me dio el poder leer en una parte de diario Expreso el lunes 1 de marzo un escrito acerca de una parte de Lomas de Urdesa de la que, como sabemos los que vivimos en el sector, nunca se han preocupado por el arreglo de su calle, la avenida Olmos, ni la bajada por la calle Panorama. En esta, felizmente, existe una garita con guardián, construida y mantenida por los habitantes de ese sector, ya que la misma termina en una calle que no tiene salida y quien entra se ve obligado a dar la vuelta para salir por la misma calle que entró. Todo esto exceptuando el trabajo ya ejecutado por la actual Alcaldía, que sí asfaltó la avenida Olmos, que es la principal del sector y de lo cual nos sentimos muy agradecidos. Esta avenida comienza en la subida por el Policentro, hasta la bajada por el Portón de las Lomas, considerándola la mas importante de la zona.

Esta vez pedimos a la alcaldesa la pavimentación de la bajada por la calle Panorama, a la cual nunca se le ha dado importancia, probablemente por su poco recorrido y por existir allí pocas construcciones, incluyendo por supuesto la iluminación correspondiente.

Abordando otro asunto, debería también preocuparnos mucho nuestra ciudad y nuestra patria, más si consideramos que desde que los indígenas prácticamente destruyeron las partes más importantes de nuestra capital, nuestro débil gobierno no ha hecho nada al respecto.

Tenemos que preocuparnos por todo lo malo, comenzado con la pandemia que atacó no solo a nuestro país sino al mundo entero. Aparentemente no tenemos fondos para poder resolver es tema. Y no olvidemos la venenosa intervención desde afuera del peor presidente que ha tenido nuestro país, que no nos explicarnos para qué quiere volver, ya que nadie lo quiere en nuestro suelo. Sin embargo, pone a un títere para que lo represente, el cual ni siquiera sabe lo que dice, solo para obtener los votos de la gente más desprotegida del país, probablemente por un determinado precio a su voto.

In. Édgar Diminich M.