Ser indiferentes es ser cómplices

¿Qué legado vamos a dejar a nuestros hijos y a futuras generaciones?

Creo que a la mayoría de ecuatorianos nos duele nuestro país; hermoso, lleno de oportunidades, bendecido por Dios con recursos naturales, flora y fauna, pero con alto índice de corrupción convertido en un modo de vida vergonzoso. No es posible que permitamos y nos hagamos ciegos ante tanto abuso. Nos hemos hecho muy permisivos. Las más altas autoridades están dando mal ejemplo. Nuestro país tiene dueños que quieren eternizarse en el poder y sin respeto no ejercen la democracia sino la dedocracia; contratos, coimas, acuerdos por debajo de la mesa... ¡qué vergüenza! La justicia no funciona. La mayoría de quienes han saqueado el país siguen libres y los seguimos eligiendo. Si queremos que el país cambie, el cambio debe iniciar por cada uno de nosotros. Se ha olvidado que el poder es una gran responsabilidad que se debe asumir con honor e integridad, y cuando se nos otorga, debemos ser humildes, con pies en la tierra y ojos en el cielo para servir con sabiduría y no servirse de él ni de recursos ajenos. Lamentablemente a muchos el poder los envanece El dinero no es malo si está en el bolsillo, fruto del esfuerzo; es malo si está en nuestro corazón y se lo adquiere de manera indebida. ¿Qué legado vamos a dejar a nuestros hijos y a futuras generaciones? El mejor es un buen nombre, ejemplo de valores e integridad; vale más que el oro y la plata. Hagamos país desde el espacio donde estamos, con esfuerzo día a día, siendo solidarios y sembrando valores. Ser indiferentes es ser cómplices. Llegará el día en que tendremos que rendir cuentas de nuestros actos; podemos engañar a muchos pero Dios no puede ser burlado. 

Susana Cabrera de Rohon