Cartas de lectores

¿Existe tratamiento para el Coronavid-19?

En el proceso de investigación de un fármaco para el tratamiento de alguna enfermedad, se deben observar resultados prometedores. No es raro que algunos lo presenten como definitivo y cuando nos enfrentamos a un padecimiento nuevo, como el COVID-19, sin tener un tratamiento curativo conocido, este fenómeno se exacerba y se agiganta.

Esto está sucediendo con la hidroxicloroquina y la cloroquina, que pertenecen a una clase de medicamentos llamados antimaláricos, que se los ha usado desde hace mucho tiempo para prevenir y tratar el paludismo, habiéndose utilizado también estos fármacos en la artritis reumatoide, teniendo gran actividad sobre los parásitos infectantes, como el plasmodium malarie, P.vivax, P.ovale y el falsiparun.

El objetivo es combatir cuadros diferentes de paludismo que sigue siendo una infección muy común a escala mundial que afecta a seres humanos y, por lo tanto, en el Ecuador se sigue observando con frecuencia, a tal punto que se creó una institución para la erradicación de la malaria, la misma que es trasmitida por mosquitos, por lo que una de las funciones principales ha sido la fumigación.

En la actualidad hay quienes han querido atribuir una acción curativa para el COVID-19. El estudio no aleatorizado ha sido analizado críticamente; en dicha difusión existe consenso en que presenta enormes limitaciones metodológicas y la revisión sistemática hecha por expertos en la materia, no encontraron estudios similares con resultados disponibles.

Lo que han dado a conocer las evidencias es de muy baja certeza, que ni siquiera cumple con el criterio mínimo para ser incluido en una revisión sistemática. El estudio que mencionaron sobre el uso de la cloroquina no demuestra que sea superior a placebos, por lo que no permite obtener conclusiones como las difundidas. Desafortunadamente, la presión sobre los profesionales de salud y autoridades sanitarias llevan a tomar decisiones con la escasa información, a pesar de que la mayoría de los expertos recomienda cautela. La misma FDA aclaró que por ahora se usaría en el contexto de un ensayo clínico y que estas no son píldoras mágicas, que no pueden usarse como tratamiento.

De la misma forma se le ha atribuido al tratamiento del coronavirus a la azitromicina, fármaco que tiene un espectro antibacteriano bien amplio y se utiliza para ciertas infecciones bacterianas como bronquitis y neumonía.

Es una clase de medicamentos llamada antibióticos (antimicrobianos) macrólidos que actúan especialmente en los procesos bacterianos producidos por estafilococo aureus, estreptococos, especie de haemophiluz y otras bacterias gran negativas, es decir sobre la bacteria y no sobre los virus. Por lo tanto, no existe hasta la actualidad base científica para señalar que tengan acción sobre la pandemia.

Más aún, y como alerta en el tratamiento con azitromicina, se observa prolongación de la repolarización cardíaca, lo cual supone el riesgo que sobrevengan arritmias cardíaacas y por lo tanto sopesar los riegos y beneficios para grupos como los adultos mayores.

Las infecciones agudas de las vías respiratorias son los diagnósticos más frecuentes en el ámbito ambulatorio, presentando tos, fiebre y malestar general, que varía de leve a grave, similar a la sintomatología que produce el COVID-19, y que se considera el tratamiento con antibióticos en estos procesos bacterianos.

Dr. Marcelo Lazo Salazar