¿La epidemia llegó? ¡A combatirla!

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado clara su preocupación ante el curso que sigue la epidemia en el mundo...

La semana pasada, nos trajo como la noticia más importante y preocupante, la aparición del primer caso del coronavirus en nuestro país, al parecer producto de la llegada desde España, de una ecuatoriana infectada de dicha enfermedad. No es necesario ser técnico o especialista en la materia, para advertir que no se tomaron, oportunamente, las severas medidas de control que el buen juicio aconsejaba para evitar tan peligrosa epidemia en nuestro país. 

Frente a lo que ahora es una realidad indeseable, no hay más alternativa que prepararse para evitar que el coronavirus se convierta entre nosotros en pandemia y siegue vidas por doquier; tal vez ahora el Ministerio de Salud intensive una campaña educativa como prevención y entregue en las diferentes casas de salud y espacios públicos las mascarillas necesarias para proteger a la ciudadanía.

Señor Director, todo lo expuesto obliga a que el gobierno y sus entes especializados, aunque sea con las falencias que los distinguen, se dediquen con la máxima seriedad a combatir el coronavirus, pues se encuentra en juego la salud, la vida y la economía del país. 

Pues se nota una especie de pasividad contemplativa por parte de las autoridades de salud. Y tal vez se piense, con inaudita candidez, que no es necesario alarmar a la población, cuando el razonamiento debe ser precisamente lo contrario, es indispensable que la ciudadanía se asuste lo suficiente para que tome todas las medidas preventivas que el caso exige. Estamos completamente seguros de que nadie criticaría ni se opondría que se gaste los recursos que se requiera para que una eventual epidemia de coronavirus, nos alcance debida y suficientemente preparados. Porque, en cambio la muerte de un solo ecuatoriano, no se diga de muchos, como consecuencia de no haber recibido oportunamente la atención médica que el Estado está obligado a proveerle, es, eso sí imperdonable. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado clara su preocupación ante el curso que sigue la epidemia en el mundo y en especial por los países más pobres, mal equipados para prevenir, diagnosticar y tratar el virus.

Ec. Mario Vargas Ochoa