Criptorquidia política

No más criptorquidia política. Es momento de una quimioterapia severa a la metástasis política: la muerte cruzada

Ecuador vive acefalía de liderazgos en lo político pues en la corrupción tenemos identificados plenamente a maestrantes y PhD en mañoserías, acuerdos por debajo de la mesa o compra de conciencias. Esto se refleja en la Asamblea, donde sargentones y lacayos de intereses partidistas o personales del caudillo de turno, que se rehúsa a jubilarse tras haber lucrado y perjudicado a la patria desde los 80 y otros desde el 79 sobreviven por creerse iluminados por otorgar mejor vida a su plantilla doméstica, ascendida al rango de políticos. El actual mandatario los tiene identificados, incluso han coincidido en el largo trajín electoral o por designación. Gracias a las redes sociales hemos podido darnos cuenta de lo que realmente sucede en la clase política putrefacta. Hoy un exsocialcristiano -César Rohon- nos da una lección de no dependencia de su curul sino a los intereses para los que fue elegido, al ver tantos monstruos dignos de exterminio político. Que el presidente Lasso tome la decisión testicular de disolver la Asamblea y enviarlos a sus casas, dando oportunidad a cuadros que nazcan de las entrañas de la ciudadanía para no permitir que hijos, hijastros, entenados, sobrinos, cuñados o algún familiar de los políticos que están vigentes sigan de testaferros en lo político, puesto pese a su insolvencia moral siguen tomando decisiones equivocadas a nombre del pueblo. No más criptorquidia política. Es momento de una quimioterapia severa a la metástasis política: la muerte cruzada.

Ab. Jaime Andrés Véliz Ortiz