Cartas de lectores

La corrupción en la Asamblea

Los ciudadanos de nuestro país que meridianamente discernimos sobre el grave daño causado a la unidad nacional durante los 14 años del gobierno corrupto de la revolución ciudadana o del siglo veintiuno, ventajosamente somos más, como se demostró con los resultados del reciente proceso electoral en el que se comprobó que los buenos, a quienes nos duele el país, somos numerosos. Pero lastimosamente se requerirán por lo menos dos décadas continuas de gobiernos sabios, honestos y honrados sucesivos, para dejar atrás la debacle económica en la que nos dejó el correísmo, período de 14 años en que también se hacía apología del delito, al decir en las sabatinas que las coimas dadas en los contratos de obras, de consultorías y de servicios, no constituían peculado, sino “entendimiento entre privados”, a costa del pueblo, por los sobreprecios que iban a parar a los bolsillos de los corruptos correístas. Ahora tenemos que desde la Asamblea Nacional también se hace apología del delito y se recomienda que “si roban, roben bien, justifiquen bien, pero no se dejen ver las cosas…”. Y nos preguntamos, entonces, ¿qué hace la Fiscalía en este gobierno del encuentro, pero que no encuentran nada, ni el entendimiento, ni lo robado en los dos gobiernos de la revolución ciudadana, para recuperar lo sustraído al pueblo?, cuando el país está esperando que por lo menos impere por fin la justicia y se condene a los asambleístas que se han burlado de la misma Asamblea y de sus semejantes que los eligieron, aplicándoles la sanción que establece el art. 365 del Código Integral Penal, aprobado por la misma ex Asamblea correísta, que sanciona la apología del delito con prisión de hasta treinta días. Por lo que procesados y con sentencias en firme, tendrían que dejar sus curules. Pero de esta medida nadie dice nada. ¿Qué nos pasa que no actuamos? Nuestras autoridades sí son para Ripley.

Gustavo Chiriboga Castro