Conspirador a sueldo
Hoy el señor Lasso tiene su mayor desafío: neutralizar la inseguridad y hacer que el país siga la senda del progreso. Difícil, pero no imposible.
A Velasco Ibarra debemos la calificación de 'conspirador a sueldo' cuando se refirió a su vicepresidente. Hoy observamos la rivalidad entre Ejecutivo y Legislativo, y el Estado va a transformarse en Estado fallido. No se puede acusar de esta conspiración al presidente Lasso; se la adjudica a la Asamblea. Desde el principio el bando contrario apareció bajo un acuerdo previo que tuvo Lasso y Nebot. Al rechazarse el convenio vino el escándalo. Ahora hay un bando compuesto por una mayoría afín a los intereses de Correa y Cía. ¿La finalidad? La consumación de la impunidad para él y su grupo. Otra cosa sería que esta mayoría se haya armado para trabajar en coordinación con el Gobierno; no es así. Hay que remontarse a la historia, cuando el populismo de CFP convino con los conservadores un acuerdo para gobernar. Fue a un precio exhorbitante: el contrabando. En el gobierno de Hurtado se hizo lo mismo. En el de Febres-Cordero hubo más coherencia; la última parte de su gobierno se debilitó por esta causa. La socialdemocracia de Borja tomó los tres poderes, aun la prensa, pero los resultados todavía se debaten. La pavimentación del camino al infierno llegó con Bucaram, agravándose hasta Correa y Cía., cuya base de poder fue la obra pública, el soborno, el tráfico de estupefacientes y la docilidad del empleado público, en especial en la justicia. Hoy el señor Lasso tiene su mayor desafío: neutralizar la inseguridad y hacer que el país siga la senda del progreso. Difícil, pero no imposible,
Francisco Bayancela G.