En algunos casos, su belleza, talento y carisma han sido utilizados como herramientas para conseguir sus objetivos. En ese entorno, algunas valiéndose de su estatus, cayeron en pretensiones, caprichos y exigencias. ¿Será el caso de esta selección de féminas, como diría Lazito, el presentador de Los hackers de la farándula?

Greta Garbo

En la era dorada de Hollywood, la actriz sueca fue famosa por su rostro perfecto y el halo de misterio que siempre la acompañó. Consciente de ser la actriz más importante de los estudios MGM, en 1933 exigió un salario de 250.000 dólares por filme, escoger los galanes, el director de fotografía, y como si fuera poco, nadie podía dirigirle la palabra y en sus escenas mandó a que se instalaran biombos negros, evitando cualquier curioso en el plató.

Faye Dunaway

La artista estadounidense que saltó a la fama en Bonnie and Clyde (1967) fue una de las primeras figuras femeninas del cine en la década del 70. Chinatown, Network y Los tres días del cóndor expusieron su soberbio talento, pero, dentro y fuera del plató, su fama de déspota, malcriada, caprichosa e impuntual, la convirtieron en un ser despreciable. Llegó un punto en que ningún actor o director quería trabajar con ella, ni por todo el dinero del mundo.

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María Félix

La máxima estrella del cine de oro de México era tan bella como arrogante, egocéntrica y maleducada. Siempre exigió que su nombre apareciera primero en los créditos, era experta en robar cámara, acercádonse siempre a la luz para que la enfocara en primeros planos. No soportaba que alguien ajeno a la película merodeara el set de grabación. En alguna ocasión llegó a echar a punta de gritos e insultos a la mismísima Sara Montiel.

Gisella Bayona

La presentadora de noticias se ha ganado muchos admiradores, pero también varios detractores por su fuerte temperamento, que la hace ver, a veces como antipática. Gisella Bayona está consciente que no es una perita en dulce y que el perfeccionismo en su imagen, estilo y modo de trabajar puede ser malinterpretado.

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Érika Vélez

Desde los comienzos de su carrera, su belleza ha sido el gancho para que su nombre figure en importantes proyectos televisivos y teatrales. Así mismo, en torno a Érika Vélez se dice que tiene caprichos de estrella de Hollywood. Es algo que ella niega. En una reciente entrevista a este suplemento, aclaro que la perfección en su trabajo y que todo esté listo y en su lugar, le endilgan erróneamente el término de diva.

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