En un mundo donde la comida rápida y la fusión de sabores dominan, Daniel Beltrán, mejor conocido con el alias de Cocina para Foráneos, se ha convertido en el héroe culinario que rescata y preserva la cocina tradicional ecuatoriana. Con más de 1,2 millones de seguidores en TikTok y más de un cuarto de millón en Instagram, Beltrán se ha propuesto animar a ecuatorianos y extranjeros a abrazar la alegría de cocinar platillos tradicionales y crear sus propias recetas.

“Si bien es cierto nací en la provincia de El Oro, exploro el choque cultural al adentrarme en el mundo culinario de la Sierra ecuatoriana. Me siento como un embajador gastronómico que entrelaza una red que conecta todas las regiones del Ecuador”, afirma Daniel.

Se define como un hombre que traduce la esencia de nuestra serranía a las orillas marítimas, “creando una fusión única y estimulante en la cual la cocina se convierte en un lenguaje, cada bocado en una risa compartida y cada plato en una historia de alegría”.

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¿Pero cuál es el secreto de Daniel para conquistar los paladares de los foráneos en Ecuador? “No se trata solo de ofrecer recetas tradicionales; es un malabar culinario en el que equilibro la autenticidad de la Sierra con la riqueza de la Costa”.

Él no olvida la importancia de la accesibilidad al proporcionar opciones de cocina fácil y económica, permitiendo a quienes no son de Ecuador sumergirse en nuestra gastronomía sin sentirse como extraterrestres en una nueva galaxia de sabores.

“Ecuador atesora un paisaje culinario variado, influenciado por sus regiones andina, amazónica y costera. Mi misión es rescatar la tradicional colada morada, por ejemplo. Este esfuerzo va más allá del gusto, es una respuesta al cambio generacional. Con nuevas tendencias y formas de vida, existe el riesgo de perder recetas ancestrales”, sostiene el chef, quien busca preservar y posicionar estos platos entre las nuevas generaciones, contando la historia y el significado cultural que encierran estas tradiciones culinarias.

“Para mí es un poderoso puente que conecta el pasado con el presente. Por eso enseño recetas entrañables en el presente”, explica.

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